Febrero: Amor y Patria

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En el pasar de la vida del pueblo dominicano, febrero nos trae amor y patria. El amor como principio armonizador de todo, pues el mismo Dios es amor, nos dice la carta I de Juan, y para su realización necesitamos un elemento, una especificidad que se da en la persona y en las cosas importantes que nos rodean, como puede ser la Patria, el territorio donde se va gestando nuestra vida en contacto con los demás, lugar de realización de nuestros proyectos comunes e individuales.

Al hablar de amor, siempre en nuestra mente resuena Pablo, con el famoso himno al amor de I Corintio 13, que se utiliza mucho en nuestras celebraciones litúrgicas del sacramento del ma­trimonio, pero su contenido está más allá del amor entre un hombre y una mujer, pues el amor es la base de todo lo que hacemos y debemos hacer, no se entiende una vida que no sea inspirada en el amor a algo y a alguien. Lo seres hu­manos, aunque llenos de ideales nos encanta llegar a lo concreto y palpable de las cosas, por eso, aunque el amor sea algo tan ideal, sentimental, no se entiende hasta que no aterriza en lo que se ama, sobre todo el otro.

El padre Mateo Andrés decía en sus clases que somos el producto del amor que hemos recibido, es decir, que si amamos mucho es porque hemos recibido bastante amor, y si somos tacaños en el amar, es  que hay ciertas deficiencias amorosas en nuestra existencia. El gran San Agustín decía: “Ama y haz lo que quieras”, subrayando con eso que lo único importante es el amor y nada más, todo lo otro sale sobrando, a semejanza de aquello que afirma Jesús y deja muy bien señalado en la famosa parábola del buen samaritano (Lucas 10,30ss).

Sobre la Patria, todo ser humano necesita estar referido a algún punto del Planeta, saberse perte­neciente a algún lugar o espacio específico. Tal vez un día esta mentalidad se amplíe, pero por lo pronto es lo que nos toca. Hay la necesidad de un ejercicio de proyectos individuales y comunes para la realización de nuestra existencia, y hacia la consecución de estas finalidades es que se dirige el criterio de patria.

Para nosotros los dominicanos la patria se circunscribe a este espacio de media isla en medio de las aguas del Caribe, donde desde hace más de un siglo unos hombres y mujeres comenzaron a desarrollar un proyecto común de libertad, paz y prosperidad, bajo los auspicios de la Palabra de Dios, y teniendo al mismo Dios como primero en todo. Es algo que ninguno de nosotros debe olvidar y hacer todo lo posible para colaborar en este proyecto de todos, siendo fieles a la mentalidad de los padres fundadores. Por eso, cuando un dominicano quiere hacer notar su sentido patrió­tico lo hace a través del trabajo, la decencia y colaborando para tener un mejor país y una sociedad donde se respete el derecho de todos y se luche por la solución de las necesidades de los más pobres entre nosotros, no a través de discursos nacionalistas baratos, de gente que solo ha trabajado por lo suyo y en nada han colaborado para la realización de la unidad nacional verda­dera que necesitamos para echar hacia delante nuestra nación. Quien ame a su patria, se ama a sí mismo, a Dios y a sus hermanos, en espíritu y en verdad.

¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA DOMINICANA!!

 

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