“La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma.”
John Dewey
Se aprobó el cuatro por ciento
del producto interno bruto
que se logró como el fruto
de un masivo movimiento
para el fortalecimiento
del sistema educativo
y un cambio cualitativo
en la escolar formación
se vería en la nación
en grado superlativo.
Se luchó con esperanza
por subir el presupuesto
apostando por supuesto
elevar nuestra enseñanza
inclinando la balanza
a favor de la excelencia
logrando la equivalencia
con sistemas avanzados
que estuvieron rezagados
y hoy sirven de referencia.
No es gobierno o ministerio
el único responsable
también es corresponsable
la ADEPÉ y el magisterio
unidos sobre un criterio
colectivo y racional
como agenda nacional
superar ese gran reto
asumiendo con respeto
un nuevo plan decenal.
Hemos tenido experiencia
con planes y con campañas
presentadas como hazañas
sin ninguna trascendencia
y he aquí la consecuencia:
¡somos el hazmerreír!
si vamos a competir
a foráneos escenarios
los tropiezos ordinarios
se vuelven a repetir.
Es asunto imperativo
y tarea fundamental
rebasar lo elemental
en el campo cognitivo
y el interés lucrativo
deje en paz a nuestra escuela
que dejó como secuela
nuestro pobre desempeño
como si no hubiera un dueño
ni nadie que se conduela.-