Mis personajes del 2019

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Para cada enero tengo reservado un artículo que suelo titular “Mis personajes del año pasado”. Para mí es de los más trascendentes, aunque algunos lo consideren extraño, pues nunca resalto a famosos de la política, el deporte, la cultura, la prensa, las ciencias o la farándula.

Y en ocasiones, digo yo, sin los héroes ignorados, esos que ni idea tienen de lo que es la gloria, la historia sería distinta. Sin restar virtudes a los que aparecerán en los medios de comunicación como los más sobresalientes, gente famosa, yo tengo mi breve lista, tan simple como profunda. Sus nombres no importan, aunque sí sus acciones.

-Marina tuvo 4 hijos con su pareja. Desde que se conocieron él le daba golpes y la amenazaba de muerte. En ocasiones casi la mata. También le pegaba a los niños. Marina se querelló varias veces y no le hicieron caso. Laboraba 12 horas al día en la zona franca para mantener a su familia, incluyendo a su madre. Al final decidió huir con los infantes a cuestas, dispuesta a dormir debajo del puente con tal de salvar su vida y la de su prole; pero cuando salía de su casucha, el malvado la interceptó y la asesinó.

-Antonio sobrepasa los setenta años. Tiene tres nietos huérfanos que mantener. Nadie le da u ofrece trabajo. Anda de construcción en construcción dispuesto a hacer zanjas y levantar fundas de cemento aunque se le rompan las vértebras; pero siempre escucha lo mismo: “Viejo, aquí no hay nada”. A su edad sabe que puede caerse y no pararse jamás, porque es diabético, sufre del corazón y no tiene ni para la pastilla de un día. “Daría mi vida para que ellos se alimenten”, piensa en el ocaso de su espe­ranza.

-Katia es cajera de un banco comercial. Tiene cinco años en su puesto. Siempre llega puntual. Con su pequeño salario paga sus estudios universitarios y mantiene a sus tres hermanos y a su abuelo. Sabe que debe alargar los chelitos que gana, porque la carga es muy pesada para ella sola. Cada día maneja millones de pesos y nunca ha tenido la tentación de tomar lo que no le pertenece. Ser honesta es su real riqueza.

Estos son mis personajes del año que nos dejó. No olvidemos que los anónimos, los sin voz, también pueden darnos grandes ejemplos. Valorémoslos.

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