Aleluya

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Nos llega la noticia que en la Iglesia de Chile, abatida y avergonzada por los muchos pecados-delitos de abuso sexual y de conciencia, unos 450 jóvenes se reunie­ron para dialogar sobre la situación de la Igle­sia y consensuar accio­nes que permitan renovarla, teniendo a Cristo en su centro. “Hoy Cristo nos está llamando para renovar la Igle­sia con Él. Hoy tene­mos la gran tarea de ser constructores de una Iglesia viva llena de testimonio y ejemplo.”

 

El 4 %. Todo lector atento sabe qué se quie­re tratar al escribir “el 4%”. Se trata de la educación y de la asigna­ción del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto a la educación. Mucha gente buena, de­seosa de cambio y progreso, pensó y luchó creyendo que el aumento de la asignación presupuestaria mejoraría notablemente la educa­ción. El tiempo ha pues­to en cuestión ese bien querer. Lo primero, se debería verificar si se asig­na el 4 % a la educación. Segundo, si el 4 % ha supuesto un cambio cultural en la mente y el corazón de los funcionarios del Minerd y de los maestros, y de los padres de familia y de los alumnos. Y tercero, si el 4 % tiene dolientes reales, no solo mediáticos. La educación sigue siendo, ¡qué cosa!, un tema en el que avanza­mos tan cuesta arriba, que nos entristece.

 

Elecciones y democracia. A veces nos equivocamos y creemos que hay democracia porque hay elecciones cada cierto tiempo. La democracia es mucho más que eso. ¿No les parece?

 

La UASD – Santo Domingo y la basura

circundante.

Hace un bien tiempo, un rector guapo de la UASD de­sarrabalizó los pasillos, las marquesinas y las calles in­ternas de la UASD que estaban po­bladas de fri­turas, chimichurris y pulpe­rías. Ahora, se im­pone otro golpe de va­lentía o una acción civilizadora. Los alrededo­res de las UASD están poblados de pequeños nego­citos donde alumnos y algu­nos profesores van a comprar sus empana­das, quipes y sanguchitos, acompañados de algún re­fresco. Y los dueños de los ne­go­citos y los alumnos tiran cáscaras, papeles y so­bras a las calles. Las aceras están negras, por el aceite que se rie­ga. No hay ni un contenedor, ni un zafacón, ni un letre­ro educativo. Para no distanciarnos de nuestra Alma Mater, al­guien podría tomar la iniciativa de unir volunta­des: Síndico, negocios, alumnos… y poner za­facones e iniciar una campaña de adecenta­miento. ¿Por qué? Por­que no solo es necesario matemáticas, historia, medicina y otros, sino también de­cencia, sani­dad, y em­bellecimiento. ¿Esta­mos de acuerdo?

 

Un caso más.

Desde principios del siglo XX el gobierno americano ha ido interfiriendo en los procesos políticos dominicanos. Un par de ejemplos serían suficientes. En la fase final del régimen de Trujillo mandaron tres emisarios para pedir a Trujillo que abandonara el poder. Él se resistió y se pasó a fase conspirativa. Y tras las elecciones de 1994 enviaron al presidente Balaguer seis emisarios para salir del impasse creado por el fraude electrónico que se mon­tó para impedir que Peña Gómez ganara las elecciones. Ahora hay una nueva modalidad de intervención, para el control del tráfico de drogas a Estados Uni­dos a través de la Re­pública Dominicana, la DEA. La agencia para el control del tráfico, no de la demanda ni del consumo, de drogas. Esta agencia puede actuar e intervenir en el extranjero. Hasta donde tenemos recuerdo han intervenido a nuestro país en el caso Figueroa Agosto, después en el de Quirino y ahora en el de César el Abusador. Por en medio, de otro género, pero igual de abuso y de intervención, el de Ode­brecht.

 

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