Mis deseos para el año 2019

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Como cristiano practicante y especia­lista en psicología, psi­quiatría y geriatría por la Universidad Com­plutense de Madrid; pero sobre todo como miembro del 1er. Ro­tary Club en Pareja, en Santiago,  deseo que el Divino Creador me ayude como hace con el papa Francisco, quien en su primer mensaje nos recordaba que cada ser humano necesita un corazón de madre y quien suscribe  le agrega, y un cerebro de padre, por ser allí donde se registran los sentimientos.

Espero en este año que en mi cerebro y co­razón reine el amor, y así poder enfrentar las dificultades, por ser este un año pre-electo­ral, donde tendremos que apelar a las refle­xiones y oraciones para poder seguir te­niendo ese espíritu de servicio que nos pide Jesucristo, nuestro hermano mayor.

Ojalá que en este nuevo año escojamos pensamientos y así  poder ayudar con nuestra actitud, la familia y  la sociedad, que tanto necesita de paz.

Espero que los do­nes y virtudes que he­mos recibido como seres creados a imagen y semejanza del Señor nos impulsen para que nuestra mente y cora­zón se abran y poda­mos ser inspiración y fuente de energía positiva para los seres que nos rodean.

Como cristiano con formación en salud mental en jóvenes, adultos y ancianos, me preocupa cómo vivimos frente a los modelos que nos ofrecen a través de las redes so­ciales, que no son más que pensa­mientos im­puestos por las tecno­logías, la cual se impo­ne por su in­fluencia subliminal sobre los individuos que en ocasiones se convierten en esclavos de los nuevos modelos que cubren la huma­nidad.

Recordemos que los pensamientos generan sentimientos, actitudes y palabras que representan nuestra forma de  ser, por tanto nues­tros pensamientos y nuestras actitudes ha­blan de cual es nuestra perso­nalidad en la que intervienen el carácter y el temperamento sin olvidar como decían los grandes científicos de la psiquiatría y la psicología que el me­dio en que nos toque desarro­llarnos en parti­cular el hogar y la es­cuela van formando nuestra ma­nera de actuar.

Solo cuando nos co­no­cemos a nosotros mismos podemos crear espacios de nuestra voz y el silencio en nuestra mente; y podemos encontrar el sentido de nuestra existencia y manejar mejor los conflictos y las tensiones tan de moda en el mundo actual  el cual no tiene sentido según la mayoría de aquellos que no creen en nada como los agnósticos.

¡Siempre dude de ellos!, por que aquellos que no creen en nada ni nadie, tampoco cree en sí mismo.

Ojalá que en este año 2019 en nuestros cerebros y corazones reine el amor de Jesucristo, para así mantener el espíritu de servicio que debe estar como prioridad en todo cristiano.

Tenemos que vivir para servir. Hay muchos seres humanos que así lo entendieron. Entre ellos Baden Powell y Paúl Harris, a través del Movimiento Scout y Rotary International.

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