“Monseñor Lino Zanini. El nuncio que desafió a Trujillo” Un valioso aporte bibliográfico merecedor de atenta lectura

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El próximo martes 3 de marzo a las 5: 00 p.m, se pondrá en circulación en el auditorio del TEP de la Pontificia Universidad Ca­tólica Madre y Maestra, de Santiago de los Caballeros, el valioso libro titulado “Monseñor Lino Zanini. El Nuncio que desafió a Trujillo” (Editorial Argos, 2020), de la autoría del destacado jurista e investigador histórico Dr. Benja­mín Rodríguez Carpio, sobrino de Monseñor Ramón Benito de La Rosa y Carpio, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de San­tiago.

La obra fue presentada en Santo Domingo, en el acto del día del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, el pasado 28 de enero del año en curso, y para un público más amplio, fue puesta en circulación la noche del pasado 18 de fe­brero en la Sede de la Aca­demia Dominicana de la Historia, acto presidido por el historiador José Chez Checo, con una interesante presentación a cargo del economista e historiador Bernardo Vega.

Monseñor Ramón de La Rosa compartió con los presentes una hermosa semblanza del autor, su sobrino Benjamín, en la cual destacó cómo desde niño pudo apreciar en él su permanente interés por el saber, valiosa cualidad que, cultivada a través del tiempo, le han perfilado como destacado profesional del Derecho y de la investigación histórica.

Constituye un hecho digno de celebrarse, el que la publicación de este im­portante libro del Dr. Rodrí­guez Carpio se enmarque en la conmemoración en este año del 60 aniversario de la Carta Pastoral de enero de 1960 y el centenario del na­cimiento de Monseñor Juan Félix Pepén.

Como ya hemos escrito en pasadas entregas de esta columna, de los seis Nun­cios que representaron a la Santa Sede en nuestro país durante la era de Trujillo, el que permaneció menos tiempo entre nosotros fue Monseñor Lino Zanini, en­tre octubre de 1959 y mayo de 1960, es decir, apenas siete meses; sin embargo, fue su misión de tan profundo impacto, que ha pasado a la historia como la más tras­cendente y memorable llevada a cabo en nuestro país por delegado pontificio alguno.

Su liderazgo fue clave en aquellos momentos decisi­vos para que la Iglesia dominicana, cuya jerarquía no tenía aún la suficiente cohesión y espíritu de cuerpo, asumiera su papel pro­fético en favor de tantos perseguidos y maltratados por la tiranía.

Como expresa al respecto Monseñor Pepén en un importante artículo publicado con motivo de la muerte de Zanini:

“Los seis obispos de en­tonces éramos en potencia seis opiniones y seis criterios diferentes. No era fácil por lo mismo un acuerdo ante una situación tan difícil y oscura como la que vivía el país en aquellos días. No podía faltar y no faltó en esta situación la luz del Espíritu Santo. Era difícil unir y aglutinar diversas opiniones, pero para bien de todos, se logró. El instrumento de Dios fue el Nuncio Lino Zanini”. (Periódico Hoy, Santo Domingo, 25 de noviembre de 1997).

Recordemos que cuando aquel 21 de enero de 1960 Monseñor Pepén fue a expo­ner a Zanini la dramática experiencia recién vivida cuando el joven ex-semina­rista Hipólito Medina, llegó hasta su residencia en el Obispado de Higüey reclamando protección, las pala­bras de Zanini fueron de aliento y compromiso: “¡Es­to no puede seguir así! La Iglesia tiene que levantar su voz y hablar claro. ¡No hay tiempo que perder!” (Mon­señor Pepén. Un Garabato de Dios, págs. 111 y 112), consigna con la cual se comienza la preparación de la Carta Pastoral que, firmada cuatro días después, sería leída en todas las iglesias el domingo 31 de enero de 1960.

Ya era hora de estudiar a profundidad la figura de Monseñor Lino Zanini y su papel singular entre noso­tros. El Dr. Rodríguez Car­pio, soy testigo de ello, asu­mió la tarea con pasión, rigor académico y admirable sistematicidad, producto de lo cual nos entrega una obra que, sin duda alguna, es acreedora de justo encomio y viene a llenar un injustificable vació en la historio­grafía nacional.

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