Vigencita de la aitagracia
yo te vengo a saludai,
soy un pobre campesino
que hoy te vengo a visitai.
No tengo oro ni plata,
pero lo que tengo te doy:
ei fruto de mi trabajo,
cosecha de mi sudoi.
Vigencita de laitagracia,
ora poi nuestro Paí,
para que esa leye injuta,
no se vaya a aprobai aquí.
Ei aboito e un pecado,
que llora delante de Dio,
no lo peimita vigencita,
inteicede a nuetro favoi.
Y a nuestro pueblo vecino,
nuestro seimano de Haití,
concédele Madrecita,
la concoidia a ete Paí.
Ya con eta me depido,
y le quiero recoidai,
ai Presidente Abinadei,
su dicuiso magitrai:
Que lo pobre también coman
y se puedan refrecai.
Sueño con una nación,
unida en frateinidá,
bajo ei manto de la Vigen
y dei Padre Celetiai.