Por: José Jordi Veras Rodríguez

Viendo hace unos meses el estudio realizado por la Asociación de Jóvenes Empresarios, denominado: “El votante joven dominicano y su impacto en la consolidación de la democracia”, buscaba conocer el pensamiento y actitud de las nuevas generaciones en la ámbito de la campaña política y de los políticos; nos ofreció esperanza, porque a diferencia de lo que hemos escuchado y visto en otras latitudes, de que existe una cierta apatía y dejadez de nuestros jóvenes, entendemos que tiene que ver con la manera en la que cierta clase política, se ha acostumbrado en realizar la política en nuestro país.  

Nos gustaría esperar para el año 2024, que se encuentra a la vuelta de la esquina, para cuando se den las próximas elecciones, tanto en febrero como en mayo, para las votaciones congresuales y municipales, las primeras, y las presidenciales las segundas, solamente para observar el comportamiento y cómo realmente van a incidir o no, o como actuaran nuestros jóvenes.  Poder medir, acorde a este estudio que mencionamos, qué tanto podrá ser captado por los políticos que estén dispuestos a cambiar su manera de proceder y hasta de pensar, acorde a lo que hoy se exige, que no es más que un cúmulo de insatisfacciones históricas que se han manifestado por otras generaciones en el pasado y que aún están ahí, sin ser plasmadas, como en la educación, salud, seguridad, pensiones, y mejor desarrollo humano integral.

El poder leer este estudio, nos deja con una sensación de buen optimismo, porque acorde al mismo, existen generaciones que si están con su reloj en hora. Que si desean exigir por algo mejor como se merece la mayoría de este pueblo y que ha esperado de forma paciente por sus realizaciones. 

Algunos de los puntos más importantes que es bueno resaltar, están los campos siguientes: “El estudio reveló que, para los votantes jóvenes dominicanos, los cinco temas que resultan ser de mayor interés para que los candidatos los integren en sus propuestas de campaña son: con un 43.1% la seguridad ciudadana; seguido de un 40.1% la educación; luego un 34.7% la salud; con un 29.8% la formación, empleabilidad y salarios; y con un 23.4% la corrupción y transparencia gubernamental”. 

Asimismo, se indica que: “…los jóvenes dominicanos quieren que sus representantes rindan cuentas y se comprometan a gestionar los problemas del país de manera efectiva, considerando que los cinco aspectos más negativos de las campañas electorales se encuentran encabezados por un 19.0% de las promesas incumplidas/irrealistas; en segundo lugar, un 14.4% por la contaminación que provocan las campañas; seguido por un 11.9% la poca transparencia en el reporte de gastos de los partidos; luego con un 11.4% la entrega de dinero o alimentos; y, por último, un 10.0% los mítines y marchas”.  

Cuando vemos datos de esa naturaleza, es como indicamos más arriba, tenemos esperanza, de ver cómo se va a manifestar ese  35% del electorado, que son este renglón del padrón electoral.  Esperemos que sean exigentes y críticos en las urnas como lo han sido en ese estudio, para que  la forma de hacer política en este país comience a cambiar.  Que rechacen a políticos con pensamientos sin principios ni escrúpulos, o ligados el crimen organizado o que defienden intereses muy particulares, que muchas veces lo que tienen es “habilidad” para ganar elecciones para granjearse una oportunidad de mejorar su condición económica y a la de los sectores económicos que representan, pero no comprometerse con las grandes mayorías. 

Dicen que: “la esperanza es lo último que se pierde”, preferimos apostar a la exigencia que al conformismo y la indiferencia. Porque esto último, hasta Dios lo castiga.