Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Desde hace unos días el profesorado ha decidido dejar de impartir docencia a miles de niños en plena finalización del año escolar, por un aumento de un 20%, y rechazaban el ofrecido por el Ministerio de Educación de un 8%.  Pero esto, a nuestro entender, el problema, ante los ojos de todos, no es de porcentaje, sino, que nueva vez, utiliza el ADP, el mecanismo de ausentarse de las aulas, aun a perjuicio del alumnado para presionar la autoridad. Y la percepción de la ciudadanía es que no se justifican mayores recursos para los resultados que está recibiendo el país en esa parte.

Nadie está en desacuerdo en pensar en que los profesores deben ser de los que mejores deben ganar en una sociedad.  Ahora bien,  hoy día, puede decirse que lo que gana un profesor es mucho más de lo que otros del tren del Estado perciben y que los beneficios que han ido recibiendo desde que fue implementado el  4% ha sido tal, que el éxodo de maestros de colegios privados hacia la pública ha sido grande.

La ADP y su dirigencia no puede seguirse manejando desde la soberbia y tozudez, porque siguen quedándose sin apoyo de lo que se llama pueblo, porque los resultados que se tienen hacia los estudiantes, los niveles de éstos últimos siguen siendo cuestionados en las pruebas internacionales cuando ha tocado, entonces la exigencia no se corresponde con el resultado esperado.

Además, cada año del presupuesto nacional, se está yendo más de la mitad que se destina del 4%, y eso es escandaloso, porque es el renglón que más se destina, por encima de atención a escuelas.

Ya lo dice el informe ofrecido la semana pasada de El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), cuando establecía, dentro de otras cosas, lo siguiente: “Más de la mitad del presupuesto del Ministerio de Educación (MINERD) para 2024 será destinado a las nóminas de los empleados. Concretamente, RD$167,572 millones, es decir, el 56.4% del presupuesto en educación preuniversitaria se dirigirá a este gasto”.

Indicaba, además: “Desde el año 2013, cuando se acuerda destinar el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la inversión en educación, hasta el 2023, el gasto en remuneraciones y contribuciones sociales para los empleados ha alcanzado RD$1,050,303 millones. Es decir, más de un billón (trillón, en inglés). La cifra representa el 59.2% del gasto total destinado a la educación preuniversitaria durante ese período”.

Ojala, y llegue la sensatez a la cabeza de la ADP, o que los miembros de dicho gremio, sirvan de contrapeso y le hagan ver a su dirigencia, que se encarrile el camino para que se piense más en el sistema que en la demasía de lo particular y no se quiera matar la gallina de los huevos de oro que produce el 4%.