De la Conferencia del Episcopado para el Nuevo Gobierno

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Cada año, para la celebración de la Virgen de La Altagracia, la Conferencia del Episcopado envía una carta pastoral a todo el pueblo dominicano, gobernantes y gobernados, cató­licos creyentes y de otras confesiones. Como era de esperar, este 2020, año de elecciones generales, la carta pastoral trató el tema electoral y los retos del nuevo gobierno. La carta se llamó Elecciones 2020: espacio de participación y compromiso. 

A continuación, compartimos con uds los principales temas tratados y propuestos al nuevo go­bierno.

Lo primero y principal, punto de apoyo de toda la carta, “es reconocer la dignidad de la persona humana como sujeto de derechos que nadie puede violar ni como grupos de poder ni como salvaguardas del orden público.”

La violencia, tema pre­ferencial, que afecta a toda la sociedad y de manera notable la violencia intra­familiar con su secuela de asesinatos que afectan a las parejas y también a padres e hijos. Violencia estructural que es expresión del deterioro de la familia, de la falta de educación y de la  inequidad en la distribución de los recursos.

La corrupción administrativa, cáncer que arrastra la sociedad dominicana, prostituye el servicio público, desarticula las instituciones y desmoraliza a los ciudadanos. Deben señalar los medios para combatirla. Afecta por igual a funcionarios del Estado y a empresarios que no pagan sus impuestos al Estado en su afán por acumular riquezas y niegan a sus propios empleados el salario y las conquistas que demandan para una vida digna.

La debilidad de la justicia requiere de un Poder Judicial imparcial que trai­ga tranquilidad a la sociedad protección de los jueces.

La Educación ciudadana que nos enseñe a vivir en sociedad, educación que se aprende en la familia y se desarrolla en la escuela mediante procesos de socialización, participación, reflexión y resolución de conflictos. Se pide a los padres de familia que asuman su misión educa­dora, que atiendan el comportamiento de sus hijos y les inculquen el valor de la fe.

Trabajar todos unidos, por encima de credos religiosos y fidelidad partidista, en aquellas cosas en la cual todos estamos relacionados como es la basura, tránsito, ruidos, seguridad urbana, escuelas, hospitales, centros de trabajo, clubes comunita­rios, centros de recreación para crear una convivencia ciudadana.

Tener un plan de gobierno que contemple la defensa de las dos vidas, tanto de la madre como del hijo por nacer; un plan de respuesta al problema del cambio climático que incluya entre otras acciones, la definición de políticas energéticas basadas en fuentes no convencionales; el debido respeto al orden jurídico y constitucional; un programa de políticas relativas al ordenamiento migratorio y al control de nuestras fronteras; la atención a los habitantes de las periferias urbanas y rura­les; las justas inversiones en áreas primordiales como la salud, la justicia y la seguridad social; una política de empleo que ofrezca mayores oportunidades para incorporar a los jóvenes a la actividad productiva y, en fin, el combate real de la pobreza, especialmente en aquellos lugares y sectores más vulnerables que demandan mayor atención por parte del Estado.

Y que los líderes políticos firmen un pacto nacional que incluya las propuestas prioritarias de la sociedad dominicana y que trascienda los intereses partidarios y personales en beneficio de toda la nación.

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