Por: José Jordi Veras Rodríguez

Realidades y extractos

 Es mejor seguir insistiendo en la vida y esperar que algo que ha dado trabajo pueda mejorarse y ver una mejoría en su realidad. Cuando hacemos esta aseveración, lo hacemos pensando en el tema del tránsito y la manera en que conducimos en las calles de nuestro país. 

Es un asunto meramente de educación y autoridad. En uno y otro debe seguirse insistiendo porque en ambos existen graves debilidades.

Cuando vemos cifras, como las que expondremos en el sentido siguiente: En quince años (2007-2021) murieron en el país 27,608 personas en accidentes de tránsito, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE)”. “Esto representa un promedio de 1,840.5 muertes por año, lo que se convirtió en el pasado 2021 como la principal causa de muerte en el país”.

Otra estadística, es: Cada 39 minutos hay un accidente de tránsito en la República Dominicana y cada 24 horas fallecen 4 personas como resultado de ellos, esto nos convierte en el país con mayor cantidad de muertes por habitantes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud”.  

Si seguimos sacando datos, la realidad será peor. El tema de las ocurrencias en el tránsito se ha vuelto una real pandemia. Y para enfrentarlo debe hacerse un mayor esfuerzo en educar y que las instituciones que están llamadas a regular y velar por seguridad, autoridad y regulación de este tema, se haga mayor conciencia y trabajo. Debe existir mayor cantidad de agentes en las calles y autopistas. Que sea más allá de imponer multas, como si con esto se reducirán las muertes o se tendrá la atención del conductor y transeúnte. 

Las condiciones de los vehículos, sus gomas y estado de los mismos; la forma atolondrada y negligente de parte de los conductores, principalmente, de vehículos pesados. Las condiciones de las avenidas y autopistas sigue siendo un tema y donde se está reparando, crear niveles de seguridad y presencia de agentes que regulen donde se está trabajando. 


Agréguele a todo esto indicado más arriba, que tenemos cada día, mayores unidades de vehículos en nuestras vías. Y pareciera que, en livianos y pesados, la conciencia del manejo, es cada vez peor. Como si no supieran reglas elementales, como en qué carril conducir dependiendo velocidad y tipo de transporte. 

Para no ser muy exigentes, avancemos más allá de colocarnos el cinturón de seguridad,  que hace veinte años era una utopía y luego del trabajo del ingeniero, Hamlet Herman, ido a destiempo, y todo el equipo de la entonces Amet, lograron crear conciencia social sobre esto y hoy podemos ver que es algo usual colocarlo tan pronto se montan enel vehículo.  Entonces, lo mismo podemos lograr,  que cada ciudadano, por ejemplo, la vía de la derecha de una calle sea dejada libre si usted no va a doblar a la derecha.  O que usted piense en los demás y no coloque su vehículo en zonas pintadas de amarillo y que tienda a obstaculizar la entrada y salida de un vecino o de otras personas a sus parqueos o sus viviendas, porque no nos gustaría nos hicieran lo mismo.  Eso es respeto.

En este tema del tránsito, hay una parte de que cada quien haga lo que le corresponda, que no es solamente lo que las autoridades hagan. Nosotros debemos llevar conciencia y buen ejemplo a nuestros hijos; nietos, compañeros de trabajo, amigos, vecinos y comunidad en general. Entonces. ¿Cuándo iniciamos?