Décima
(por las víctimas)
Encender todos las luces (por la vida)
Nuestras vías nacionales
en toda la geografía
son la eterna infografía
con sus balances fatales,
por accidentes mortales
que llevan dolor y luto.
Y como postrer tributo
a tantas vidas truncadas
haremos una jornada
de hacer silencio un minuto.
La alta velocidad
el manejo temerario
son un tema sanitario
que impacta a la sociedad,
por la siniestralidad
que se torna insoportable:
el gran daño irreparable
con familias destruidas
y permanentes heridas
en sufrimiento imborrable.
Carreteras y autopistas
son lugares peligrosos
con eventos dolorosos
y cifras nunca antes vistas:
carros, motores, ciclistas
o vehículos pesados
los vemos accidentados
con excesiva frecuencia
teniendo por consecuencia
tan trágicos resultados.
Los órganos oficiales
deben asumir su rol
de riguroso control
por ser funciones cruciales
de nuestras redes viales
en base al ordenamiento
dándole el mantenimiento
requerido en cada caso
evitando así un fracaso
y un permanente tormento.
Este problema en cuestión
que alcanza lo irracional
es de interés nacional
y hay que hallarle solución;
pasemos de la intención
a enfrentarlo de inmediato
porque el manejo insensato
sigue cobrando más vidas
de nuestras gentes queridas
dejando un sabor ingrato.
En un solo sentimiento
unamos los corazones
y elevemos oraciones
en un fuerte movimiento
para que el razonamiento
evite que haya más cruces.
Motos, carros y autobuses
el próximo Lunes Santo
contra el tránsito de espanto
encendamos nuestras luces.-