Por: Isabel Valerio Lora, MSc, Email:isabelvlora@gmail.com
“Una dulce amistad refresca el alma”. Proverbios 27:9
El psicólogo Carl Rogers definió la amistad como “una relación afectiva basada en la comunicación, la comprensión, el apoyo mutuo además del afecto y la armonía entre sus miembros”.
Diversos estudios confirman que la amistad es un elemento de vital importancia para nuestra salud mental.
La amistad sana y sincera facilita el sentimiento de pertenencia y aceptación, lo que potencia la autoestima y la autoconfianza. Reduce la tendencia a la soledad o el aislamiento social, que es un factor de riesgo de numerosas enfermedades físicas y mentales.
Cuando estamos con amigos, nuestro cerebro activa las endorfinas, que son neurotransmisores relacionados con el placer y el alivio del dolor. Si nos dan un abrazo, segregamos oxitocina y dopamina, hormonas del bienestar y la felicidad.
Según Robin Dunbar, “estar con amigos nos salva, genera endorfinas, que son el mejor medicamento antidepresivo”. Compartir momentos con amigos reduce la soledad y nos ayuda a mantener una perspectiva positiva ante la vida.
Un estudio de la Universidad de Oxford determinó que las personas con una red social más grande tienen una mayor tolerancia al dolor, lo que sugiere que las interacciones sociales estimulan la liberación de endorfinas, similar a los efectos de la morfina. Estas endorfinas nos ayudan a sentirnos bien y actúan como analgésicos naturales.
La amistad fomenta el intercambio emocional, y la interacción social facilita un contexto que permite mejorar nuestra gestión de las emociones. Además, nos ofrecen la oportunidad de crecimiento personal, pues en ese entorno aprendemos, nos desarrollamos y crecemos, al poder exponer nuestras ideas y experiencias.
La amistad contribuye a que abordemos las adversidades de una forma más adaptativa y resistente, al sentir apoyo y mayor seguridad frente a las consecuencias que puedan producirse.
Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que las personas con fuertes lazos sociales experimentan niveles de cortisol (la hormona del estrés) más bajos y disfrutan una vida más larga y saludable.
Un estudio de la Universidad de Sussex concluyó en que una sola amistad cercana y solidaria puede ayudar a los jóvenes de entornos de bajos ingresos a prosperar en circunstancias difíciles.