Enfrentando las pruebas

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José Jordi Veras Rodríguez.

“Creo que vivimos nuestras vidas buscando la ruta más corta, el espacio de estacionamiento más cercano, todo rápido, barato, fácil.  Y no, es mejor.  Dos tercios de la satisfacción de obtener algo es el proceso de obtenerlo”. (Guillermo del Toro).

Hoy estamos viviendo ante modalidades  en que lo que se busca no es trabajar ni buscar por medio del esfuerzo, atesorar la idea de que el resultado será más satisfactorio.  No sabemos si es una percepción, pero luego de la pandemia, esa idea o modalidad de vida o pensamiento de algunas personas, se ha incrementado.  Pero nada que pueda ser sustentable en el tiempo puede ser conseguido si no es bajo el tesón de la laboriosidad, la perseverancia, el sacrificio y la disciplina.

Hemos escuchado que la manera en que las generaciones anteriores a nosotros actuaban en este sentido frente al trabajo, la responsabilidad de una actividad por pequeña que fuere, es algo que debía cambiarse, sin embargo, no todas las costumbres y prácticas de nuestros ascendientes, debemos renegarlas, al contrario, lo que es bueno para el propio espíritu y la determinación de un ser humano, debe seguirse desarrollando y mejorarlo, pero no desdeñar ni negarlo, por el simple hecho que es parte del pasado.

Dicen que nadie se forja sino es a base de enfrentar las pruebas que recibe.  Nada hacemos con quejarnos de ellas, si no hemos sido capaces de asumirlas y buscar aprender de cada una de ellas. La forma en que adquirimos fortaleza es cuando somos capaces de atravesar de lo que recibimos como dificultades.  Esto último, no es tan fácil de asumir cuando estamos recibiendo golpes tras golpes, y por eso, hay muchos quienes que presos de la desesperación caen.  Por eso la sensibilidad y la comprensión debe estar presente en cada uno de nosotros, porque siempre, unos y otros necesitaremos seguir guiados y levantados.

De alguna manera o de otra forjar el carácter y sobre todo la misma fe, es buscando estar consciente que el poder divino debe estar diariamente en nosotros, porque habrá momentos que podremos creer que están por encima de nuestras capacidades y fuerzas, y es ahí donde entra su presencia en cada uno de nosotros.

Dicen que solo a través del esfuerzo podemos reconocer el valor de nuestras metas y objetivos.  Recordar que la piedra más preciosa y valiosa, como el diamante, antes de llegar a ser piedra, primero es carbón y pasa por su proceso para lograr su valor y belleza.

Hoy día debemos seguir ahondando en el mensaje de que nadie sin esfuerzo puede mirar sus logros positivos.  Cuando no nos ponemos en la disposición de salir de nuestra zona de comodidad, no podemos saber de qué somos capaces y de cuánta fortaleza poseemos.

Es claro que es más sencillo cuando no tenemos que vencer inercia, obstáculos y dificultades, porque no tenemos que hacer esfuerzo alguno ni ponernos a prueba, sin embargo, no podremos saber nunca qué tan fuerte podemos ser capaces ni podremos avanzar más allá de nuestros límites, que es donde casi siempre se encuentra el logro de nuestras metas y objetivos.

No culpes a nadie de lo que puedas atravesar o lo que requieras hacer para avanzar ni mucho menos al poder divino, porque al fin y al cabo, lo que Él busca es mejorarlo y entrenarlo para producir la fortaleza que usted requiere para enfrentar el mar de las pruebas.   No te rindas.