52. Mi deseo para este año 2023: Que la Navidad sea pan nuestro de cada día 

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Sabemos que esta frase es de una canción navideña: “La vida cruza despacio, el tiempo pasa sin prisa, hay ternura entre la brisa que llena todo el espacio, es la Navidad hermanos, encendida de colores, el tiempo que trae amores al encuentro de las manos”.

En mi vida también ha cruzado, provocando una reflexión sobre el año que comienza. La Navidad es el encuentro de Dios con nosotros, es la encarnación del Hijo de Dios, es la celebración festiva de la Palabra hecha Carne.  Con esta carne nos alimentamos cada día, pues nos trae la fuerza y es un alimento de vida eterna, es una presencia real pero oculta de Cristo entre nosotros. Y ahí nos enseñan los ángeles como tratar esta realidad para que sea realmente el Pan de cada día.

Uno de los estados más místicos de los Ángeles es su relación con la Eucaristía. Por eso, huestes de Ángeles vienen a la Tierra a rendir homenaje a Cristo en el Santísimo Sacramento. Cristo, desciende durante la celebración del Sacrificio de la Santa Misa a través del sacerdote, a través de la Transubstanciación hecha presente en las Formas Eucarísticas del Pan y del Vino.

Y aunque esta Ley de hecho requiere que las personas crean (es decir, crean en la Presencia Real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento), los Ángeles y los Santos, a su vez, tienen algún tipo de capacidad para percibir la Presencia Real escondida debajo de estas especies.

La Eucaristía también se llama a veces “pan de ángeles”. No en el sentido de que los Ángeles la consuman, lo cual es ontológicamente imposible; Los ángeles como Seres Espirituales no tienen funciones digestivas, porque son Intelectos Puros, movidos por la Luz. Pero es esta Naturaleza Angélica Espiritual la que les permite reconocer la Presencia Real de Cristo, Quien es su Luz y Motor. Por lo tanto, es muy adecuado y apropiado que las Huestes de Ángeles también vengan a la Tierra a rendir homenaje y adorar a su Señor en la Forma en que, por el bien de los creyentes terrenales, Él ha elegido para revelarse en las especies eucarísticas.

De hecho, en el Canon de la Misa por la intercesión de los Ángeles se marca esta conexión entre el Cielo y la Tierra y lo expresa de esta manera: “Te suplicamos humildemente, Dios todopoderoso, manda que las manos de tu santo Ángel lleven este sacrificio a tu altar celestial, ante la presencia de tu divina majestad, para que todos nosotros, participantes de este altar, comiendo el santísimo Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, recibiéramos del cielo la plenitud de la bendición y de la gracia”. Este es un alimento que tiene fuerza vencer todas las guerras. Las guerras son la falta e imposibilidad del dialogo como efecto del endurecimiento del corazón. La Eucaristía alimenta el corazón humano y no permite que se endurece.

Y para este año 2023 lleno de inquietudes por lo que vivimos, les deseo que recibiendo esta “navidad” cada día, que hoy sabemos que es la Eucaristía seamos llenos de bendición de Dios y de Su gracia. Amen.

Padre Jan Jimmy Drabczak CSMA

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