LOS ÁNGELES SIEMPRE ESTÁN A NUESTRO LADO

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Quien se preocupa trata de estar cerca de a quien desea cuidar, y el tipo de cercanía muestra el poder del amor. Ayudar es lo mismo que estar a tu lado, ya sea por lazos de sangre (parentesco), afinidad (intelectual o emocional), mediante la solidaridad comunitaria (ciudadanía, amistad, compañerismo) o mediante el contacto espacial (comunidad). Quien asume el rol de guardián debe cuidar desde la distancia, sin manifestar un interés personal, más allá del profundo deseo de salvaguardar la integridad de la persona u objeto que custodia.

Un ángel es un sincero guardián del hombre, es amable, paciente, bueno y comprensivo, aunque exigente. En la carta de Judas encontramos información interesante sobre los ángeles y sus actividades. El autor de la carta, probablemente el apóstol Judas Tadeo, escribe sobre la disputa que tuvo el arcángel Miguel con el diablo por el cuerpo de Moisés. Escribe que Miguel no se atrevió a juzgar al diablo, sino que solo dijo: “Que el Señor te condene”. Estas son sus palabras:

“Cuando el Arcángel Miguel, mientras trataba con el diablo, discutió sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a emitir una sentencia blasfema, sino que dijo: ¡Que el Señor te condene!” (Judas 1,9).

Llama la atención la actitud apacible del Arcángel, ya que no asume el juicio él mismo, sino que deja el juicio a Dios. Usó su autoridad, recibida del Creador, pero no se apropia de ella, no se pone en el lugar de Dios, consciente de que su deber es recordar, animar y luchar por el bien y la verdad, pero que el juzgar corresponde a Dios.  No hace ninguna acusación contra el diablo, solo lleva a cabo la tarea que le fue encomendada, es decir, cuidar el cuerpo del difunto Moisés.  

Estamos rodeados de seres dóciles, que usan de manera eficaz el poder espiritual que el Señor les dio. No temen al diablo ni a sus seguidores, sino que les oponen una resistencia vigorosa. Gozan  de autoridad, pero no condenan a nadie. Incluso, ni siquiera al diablo lo señalan como culpable, ni lo castigan, dejando el juicio a Dios: “El Señor te castigue”. Los ángeles demuestran tener mucha paciencia y no se dejan atrapar por los demonios en un juego emocional, ellos utilizan su autoridad para hacer la voluntad de Dios.

Padre Jan Jimmy Drabczak CSMA

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