La pandemia es una oportunidad

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Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pandemia nos da “una oportunidad única en la historia para demostrar que el mundo es más que una simple colección de países con co­loridas banderas. En­tre to­dos tene­mos mucho más en común de lo que podríamos imaginar. Esto ha quedado sumamente claro con la pandemia. La mejor defensa contra los bro­tes epidémicos y otras amenazas para la salud es la preparación, lo que im­plica invertir en fortalecer los sistemas sanitarios y la atención primaria de salud.”

 

Tema negro en USA. La eclosión del tema negro en los Esta­dos Unidos: muertes, manifestaciones, sa­queos y fuegos, actos simbólicos, liturgias religiosas, declaracio­nes han puesto de ma­nifiesto que desde sus orígenes la idea de la esclavitud, de inferioridad racial ha estado presente en ese país, es componente de su cultura, y que aunque se han superado limitaciones civiles y jurídicas, como por ejemplo, todos los afroamerica­nos tienen derecho al voto, hay un sentimien­to racista en amplios sectores de la sociedad.

 

El virus llegó para quedarse. Al Dr Pue­llo Herrera le apena que la gente le haya perdido el miedo al Covid-19. La gente sale, se junta, no se cuida, cree que las cifras son para asustar. Las cifras son rea­les y probablemente son más altas de lo que dice el Ministerio de Salud. El doctor Puello Herrera sostiene que la gente debe entender que el virus llegó para quedarse y todavía faltan muchos meses para que esta pandemia pue­da resolverse. Pero la vacuna parece que va a poder ser efectiva, se ha avanzado muchísimo con la vacuna, es probable que por pri­mera vez en la historia de la medicina una va­cuna esté elaborada tan pronto. Es probable que para septiembre la ten­gamos en las manos.”

 

El Brasil de     Bolsonaro. Sigue apenando que el comportamiento público del presidente de Bra­sil siga siendo tan poco sensato. No hace uso de la mascarilla, carga niños, sale montando a caballo para dar señal de fortaleza, su país si­gue ocupando los pri­meros lugares en la in­cidencia del virus. Desde que se detectó el primer caso en el país, a finales de febrero, la administración de Jair Bolsonaro se ha negado a aplicar una cua­rentena total en todo el territorio, bajo la pre­misa de mantener la actividad económica y el empleo. Por su parte, luego de haber calificado al coronavirus co­mo una “gripecita“, Bolsonaro reconoció que la sociedad brasi­leña se enfrentaba a su “mayor desafío”. Sin embargo, luego ha  afir­mado que no hay mucho por hacer por­que la pandemia finalmente contagiará al “70 % de la pobla­ción”.

 

Mientras tanto, las elecciones. El virus no impide el laborantismo electoral. No solo en los medios de comunicación sino en calles y barrios se sien­te el tan tan de la pro­paganda. Pero hay al­gunas cosas que debe­ríamos ir teniendo en cuenta. La Junta Elec­toral debe hacer finos esfuerzos para recupe­rar la credibilidad perdida en las pasadas elecciones municipa­les. ¿Seguirá siendo necesaria la Comisión de Acompañamiento y aun más delicado y grave, la OEA tendrá que seguir supervisando el proceso? Aquí en Andando creemos que  los electores deberían hacer un esfuerzo para conocer un poco más a los candidatos, la ho­nestidad de sus vidas, las amistades que lo sustentan económicamente, y la justeza de sus propuestas políticas. Hay que dar un paso de avance, ya que no basta la militancia partidista, pues los partidos pueden encubrir a personas que no califican. Hay que conocer la persona, en su capa­cidad y honestidad, ya que ud puede seleccio­nar su propio candidato a senador o a dipu­tado.

 

San Antonio de

Padua. Por poco se nos va y eso sería im­per­donable. El pasado 13 la Iglesia universal celebró a san Antonio. Pocos santos son tan populares. El es el úni­co de quien dice la Igle­sia que es “podero­so intercesor.” Y su poderío es su sencillez y humildad.

 

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