Juan López en la historia

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Moca.- El Arzobis­po de la Arquidiócesis de San­tiago, Mons. Freddy Bretón, el fin de semana pasado, en el programa Comunica­ción y Vida, que hace junto al perio­dista Apolinar Ramos, Director de Periódico Camino, refiriéndose a su visita a la iglesia Inmaculada, de El Ma­mey, Juan López, al quedar impresionado por la confirmación de cientos de niños, dijo: “Juan López no es cual­quier cosa, Juan López es una metrópolis pe­queña”. El olfato y la impresión del Arzo­bis­po quedó evidenciado al observar el comporta­miento y la educación de los ciuda­da­nos participantes.

También, el Arzo­bispo hizo mención de Luís Sánchez, quien se ha convertido en un predicador de la fe con todo el amor y cariño que un ser humano puede dar.

En la enciclopedia El Nuevo Tesoro de la Juventud., “20 tomos”, cada tomo tiene un capítulo dedicado al por qué de las cosas.

Juan López debe su nombre al sacerdote Es­pañol Juan López, que llegó al país en el siglo XVII, por sus acciones a favor de la reducida población de aquel en­tonces, los comunita­rios le hicieron un reconoci­miento, designando la comunidad con su nombre.

Juan López ha veni­do elevando su catego­ría. Primero paraje, lue­go sección y hoy Distri­to Municipal de Moca. También los mo­radores designaron su principal río con el nombre de Juan López y el segundo río con el nombre de Cacique, de mane­ra que la comunidad territorial se en­contraba entre la historia de un sacerdote y la historia de un Ca­cique indigena.   Juan­lo­pito, donde comenzaba Juan López, al lado de la histórica plaza 2 de Mayo, también honra a este sacerdote.

En la guerra del 12, llamada la Guerra de los Quiquises, Los cerros del Guisaro y Gua­co­nejo sirvieron de escenario bélico en Juan López, entre las fuerzas contrarias.

Aquí las principales familias establecidas fueron inmigrantes pro­cedentes de Las Cana­rias, entre las que se en­cuentran los apellidos: Pérez, Guzmán, Cama­cho, Rivas, Gon­zález, Bencosme, Com­prés, De Los Ángeles, etc.

Esta comunidad ha dado al país y al mundo profesionales en todas las ramas del saber, no en vano, el doctor en educación Luís Napo­león Núñez Molina, in­vitado a una gradua­ción de 8vo. curso en 1968, le dijo a los gra­duandos, “siempre lleven en el recuerdo a sus maestros y no olviden que se verán obli­gados a emigrar a otros países, en busca de mejor suerte”.

Cuatro sacerdotes oriundos de aquí se en­cuentran ejerciendo su ministerio: Jesús María Tejada, Francisco Teja­da, Ángel Sánchez Y Danilo de la Cruz.

Cipriano Bencosme y cuatro de sus hijos: Donato, Alejandro, Ser­gio y Bohil, fueron ase­sina­dos en la era de Trujillo, fertilizando con su sangre de patriotas, los surcos de las fértiles tierras del Ci­bao. Inscribiéndose con sus actos en las páginas históricas de la patria. En su recortado te­rrito­rio alberga entre capi­llas, iglesias y parroquias 18 centros para la expansión de la reli­gión Cató­lica, Apostólica y Ro­mana.

Aquí se desarro­lla­ron los primeros pione­ros en la avicultura en confinamiento, en los renglones: de parrille­ros y huevos de mesa.

Juan López sirvió de albergue al procesa­miento del café en per­gamino, al establecer en su tierra las primeras y más modernas factorías como: Cocco, Cura­cao, La Ricard, Emilio Lulo y Donato Bencosme. Desde ellas se hacían las exportaciones a Es­ta­dos Unidos y Europa.

Juan López vió na­cer al médico científico Sergio Bencosme, cuya

profesión la desarrolló en Canadá. Se dedicó a la investigación científica, descubriendo células cancerígenas que hoy llevan su nombre.

También vio levantarse en armas al gene­ral Ci­pria­no Bencosme en 1930, encabezando la primera revuel­ta mi­litar y política en contra de Trujillo, que recién llegaba al poder.

Vio a César Rivas pronunciar un incen­diario discurso en el parque Duarte, al lado de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, en Moca, en el año 1962, el cual tituló: “Navidad con Libertad”, en contra de los remanentes del trujillismo y a favor de la candidatura presidencial del profesor Juan Bosh.

Juan López vio na­cer al médico científico Toribio Bencosme, quien fue deportado a Venezuela, por su ejercicio de médico epidemiólogo, fue reconocido como el mejor médico en Venezuela en el área. Afectado por los crímenes de Trujillo en contra del pueblo y de su familia, tomo la decisión de regresar al país clandestinamente junto con los héroes de Constanza. Conside­rándose que fue hecho prisionero vivo, tras­la­dado a la Fuerza Aérea de San Isidro con los demás expediciona­rios, quienes fueron vilmente asesinados por Ramfis el hijo del sátrapa

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