11. ÁNGELES, DEFENSORES INDISPENSABLES DE LA VIDA HUMANA

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Francia se convirtió en el primer país del mundo en consagrar el derecho al aborto en su constitución. El presidente Macron cumplió su promesa electoral. “… En muchos países, incluso en Europa, hay corrientes de opinión que intentan a toda costa obstaculizar la libertad de las mujeres de interrumpir su embarazo si así lo desean.”

“Si lo desean”: esta es la declaración clave en nombre de la libertad.  Se ha vuelto sagrada. Entonces, sí quiero matar a mi hijo, matarme yo, matar a mi ser querido enfermo, solo debo programar una cita con médico. Si quiero cambiar el sexo, si no quiero definir a mi hijo por género, darle un nombre de hombre o de mujer, la ley debería garantizármelo. El Papa Francisco llamó a la ideología de género “el mayor peligro de nuestros tiempos”. Esta forma de entender la libertad –“si yo quiero”- sólo puede llevarnos a la destrucción.

La vida humana es un don extraordinario de Dios, grande y santo. ¡Matar a otro, especialmente a un indefenso, es literalmente escupir en la cara de Dios! ¿Existe un crimen más cruel? Durante una conversación con la ministra abortista polaca, el periodista le mostró un vídeo con niño de diez semanas en el vientre.  El niño saltaba con alegría.  Preguntó a la ministra: describa ¿qué es? Es un vídeo de ecografía. ¿Pero qué ve usted aquí? Ella no pudo responder. ¿Entonces usted no sabe lo que ve? 

Una señora había abortado. Un día soñó con su madre, que salvándole la vida murió. La madre le dijo en sueño: ¿Y si yo te hiciera algo así?

La esencia del ser humano es procrear y gozar viendo el crecimiento de la prole y dedicar su tiempo libre a los asuntos del espíritu.  Dios lo escribió así en nuestros genes.

“El derecho a la vida es el derecho humano más básico. ¡Y no es sólo una cuestión de ideología, no es sólo un derecho religioso, sino que es el derecho humano más básico! La medida de la civilización es la actitud ante la vida. Una civilización que rechaza a los indefensos merece ser llamada bárbara” – San Juan Pablo II.

El Vaticano, la Unión de Obispos Europeos y el Episcopado Francés: No puede haber un “derecho” a eliminar la vida humana. Debemos comprometernos a eliminar las causas que conducen al aborto.

  En Polonia se estableció el primer Santuario de la Santidad de la Vida. Un templo de oración y centro de apoyo a la vida humana. Necesitamos apoyar la vida y expiar por los pecados cometidos contra ella.

Santos ángeles, un mundo sin Dios, sin religión, sin mandamientos, a cada paso ataca a los más débiles, a los más indefensos y lo hace con perfidia, con guantes blancos. Lo hace como si estuviera brindando un gran beneficio a la humanidad. Iluminen las mentes y los corazones humanos, especialmente de los que gobiernan las naciones, para que siempre defiendan la vida humana. Amén.