Quien no vive para servir …

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Hacerse profesional 

es realmente meritorio 

y logro más que notorio

en la vida personal, 

incluso ¡sensacional! 

que llena de regocijo

cuando vemos cada hijo

finalizar su carrera

como toda una lumbrera

de un hogar que Dios bendijo.

Llegar a universidad

es un recorrido largo 

algunas veces amargo

con piedras de adversidad 

y hasta de animosidad

porque hay de todo en la vida

desde un alma envilecida

que odia el éxito ajeno

o un corazón grande y bueno 

como una alfombra extendida.

Ejercer la profesión 

tras haberse titulado

por su cuenta o alquilado 

también le mete presión 

y algunos con obsesión 

de la rápida riqueza 

hasta pierden la  cabeza,

el honor y la decencia

negando de su ascendencia 

su legado de nobleza.

Gracias a Dios que los más 

piensan de otra manera

y es la ética primera

el servir a los demás 

que en su práctica además 

siempre importa el ser humano

porque sabe que es su hermano

y que aquello que va viene

sin pensar lo que conviene 

al dar sincera su mano.-