“Hemos visto su estrella…”

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La Epifanía es la manifestación pública, universal, de la salva­ción a toda la humidad, traída por Jesús, por eso la Palabra de Dios de esta solemnidad está centrada en Jesús, el nacido de María, en la cueva de Belén. Desde Belén se irradia la luz de Jesús para toda la creación.

La llegada de los Reyes Magos es expresión del comienzo de la unidad de las naciones, unidad que se realizará plenamente en la fe, en la persona y los hechos de Jesús, el Mesías, el Salvador, cuando todos reconozcamos que so­mos hijos del mismo Padre Dios, por lo tanto hermanos.

Los Reyes Magos son los primeros testigos de esta manifesta­ción de Cristo como Salvador de todos los pueblos y de cada persona, que lo reconoce como Luz y acepta vivir desde el manda­miento de la unidad, que es el mandamiento del amor. Aquí radica el convencimiento de que Jesús es el sembra­dor de esa universalidad de las personas humanas y de todos los pueblos. Es quien nos trae la buena semilla de la Palabra de Dios, es la Palabra encarnada y nacida entre nosotros, por eso la motivación a vivir el lema de este año 2019 en nuestro Plan Nacional de Pas­toral “Un pueblo discípulo de Jesucristo que escucha, medita y vive la Palabra de Dios”.

El mismo Espiritu Santo va haciendo ma­durar la semilla sembrada por el sembrador Jesús, y nosotros, la Iglesia, estamos invitados a recoger y seguir sembrando y anunciando la revelación de Jesús, culminada con su muerte y resurrección.

De la vida de comunión, de unión, entre el Padre y el Hijo, surge la misión de Jesús, así como de la intimidad entre Jesús y su Iglesia, nace la misión de sus discí­pulos, iluminados por la Palabra. Misión de crear la unidad entre nosotros, unidad en la feligresía parroquial, desde los sectores, mo­vimientos, sacramentos,… que abraza las diócesis, arquidiócesis, y desde ahí, anunciar la estrella que es capaz de dar la luz y la unidad a toda la creación: Jesús.

Es la Palabra encarnada que es capaz de hacer surgir la unidad entre todos los creyen­tes y todas las personas de buena voluntad. Es la Palabra que impulsa a vivir una vida en la fe, la esperanza y el amor solidario.

A quienes lo buscan como los Reyes Ma­gos, con un corazón humilde y sincero, Jesús ofrece el don, la gracia de la unidad, por eso es posible proclamar “un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios y Padre”.

 

Fuente: Lectio Divina para cada día. Tiempo de Navidad.

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