Es un tema delicado
y ciertamente espinoso,
pues resulta muy riesgoso
al salir etiquetado,
pero asumo ser retado
sobre el asunto en cuestión
expresando mi opinión
como tantos ya lo han hecho
porque me asiste el derecho
según la Constitución.
La isla fue repoblada
por personas diferentes
de distintos continentes
que (cautiva) fue obligada
y (al llegar) esclavizada
con maltratos, sin piedad …
sembrando ira, ansiedad
en aquella población
que tras la sublevación
liberó su sociedad.
Tras previas negociaciones
de poderes imperiales
entre las casas reales
repartieron posesiones;
por aquellas concesiones
en la isla dividida
la otra mitad fue cedida
en compensación de guerra
para que una sola tierra
quedara constituida.
El ominoso tratado
sólo fue papel y tinta
y la historia muy distinta
con contrario resultado,
pues ya se habían gestado
dos diferentes naciones
con sus propias poblaciones:
sus costumbres, su cultura,
su lengua, legislatura,
creencias y tradiciones.
Compartimos territorio
y similares tormentos,
buenos y malos momentos:
un hito definitorio;
mas, el tema migratorio
es fantasma que nos sigue
de una mano que persigue
borrarnos como entidad
y a olvidar mi identidad:
¡No habrá fuerza que me obligue!