El mes de julio nos trae ese tiempo del año que todos necesitamos: las vacaciones o el descanso, pues el ser humano siempre necesita hacer un alto en sus actos rutinarios de cada día y poder ver y hacer otras cosas, y a la vez tener tiempo para sí y para actividades que le ayuden a restablecer la armonía de su ser, pues hay la necesidad de descansar ya que nuestras fuerzas se agotan, y haciendo un alto junto a otras cosas reparadoras, podemos restablecer de nuevo todo nuestro potencial humano y regresar a nuestro trabajo en pro de lo mejor que podemos aportar al quehacer en el mundo.

Esta conciencia del vacacionar y descansar es algo que ha surgido en los últimos tiempos, en ese paso de la cultura rural a la urbana, pues la vida en el campo no era tan agitada y el contacto diario con la naturaleza continuamente nos restablecía, el aire era más puro y había tiempo para variadas actividades más allá del trabajo, pero ahora la vida se ha complicado, la ciudad se ha atestado de gente, la atmósfera está sumamente contaminada y entonces hay la necesidad de salir de ella por un buen tiempo y cambiar de ambiente como hoy se dice.

Si bien es cierto todos no pueden prepararse unas vacaciones de playa y arena o de campo y montaña, por que todavía hay un conglomerado de nuestro pueblo, pobre en recursos y lo que gana en sus trabajos a penas le sirve para sostenerse diariamente, de ahí la necesidad de que los salarios de nuestra gente no solo ayuden a la obtención de la canasta familiar o a las seguridades de salud y vejez, sino también a que todo trabajador pueda tener un ahorro que le ayude a poder subvencionar su tiempo de vacaciones, claro que los trabajadores nuestro han conseguido el derecho a unos días de vacaciones según los años de trabajo que tienen en su empresa, algunos ni lo toman  por su precaria situación económica y prefieren que se los paguen para conseguir un dinerito extra, pero esto no sucediera si hubiesen verdaderos criterios de justicia para el trabajador en cuanto a su salario, pues no olvidemos que la fuerza que uno de ellos emplea en su tarea jamás la vuelve a recuperar y el pago que recibe no se acerca ni en milesimas a la energía empleada, por eso las vacaciones bien empleada para recuperar toda esa fuerza humana utilizada.

Nuestra pastoral es de mucha actividad, y debería de tener muy en cuenta esta época o las vacaciones, fomentando en nuestros niños y jóvenes perspectivas en esta línea, pero también sin olvidar a los adultos, sobre todo a los adultos mayores ya jubilados y en ciertas vacaciones permanentes; el Papa Francisco ha instaurado desde hace un tiempo el 26 de julio como día de los abuelos y personas de la tercera edad, importante tener esta fecha pendiente y hacer algo en nuestras comunidades, que esto no se pase por alto y unirlos a este tiempo de descanso y vacaciones que el buen Dios en este julio del 2023 nos regala.