Seminario Santo Cura de Ars Medio siglo formando sacerdotes y laicos comprometidos

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La Vega.- Con el lema «50 años formando pastores para el pue­blo de Dios», la mañana del sábado 12 de octubre de 2019, tuvo lugar la celebra­ción de los 50 años de fundación del Seminario Santo Cura de Ars.

El escenario que se prestó para la importante actividad fue el mismo recinto del Se­minario, en Pontón, La Vega. Se trató de un evento lleno de emociones, recuerdos y compartir, donde se pudo agradecer a Dios por los frutos que ha dado esa casa de formación, tanto de sacerdo­tes como de laicos comprometidos con la construcción del Reino y, en éste, con la sociedad.

El 26 de enero de 1967 se bendice la primera piedra del Seminario Santo Cura de Ars, y el 4 de octubre de 1969 inicia sus labores formativas.

Fueron convidados a esta gran celebración los obispos del país, el Nuncio Apos­tó­lico S.E.R. Mons. Ghaleb Moussa Abdalla Bader, el clero de la Diócesis de La Vega, los sacerdotes formados en las diversas etapas que la Institución ha acogido, los seminaristas del Prope­déu­tico Nacional San Pío X, va­rios seminarios menores del país y sus respectivos forma­dores. También los forma­dores de los seminarios ma­yores dominicanos; exse­mi­naristas, comunidades religiosas y autoridades civiles de las provincias que componen la Diócesis de La Vega: Hermanas Mirabal, Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel, además de algunos colabora­dores especiales de la obra del Seminario.

Como anfitriones estaban los formadores del Seminario Santo Cura de Ars, los padres Tomás Flo­rentino y Andrés Batista, así como también los actuales seminaristas de la Diócesis de La Vega.

Desde tempranas horas de la mañana los anfitriones y un equipo de colaboradores laicos les daban la bienvenida a los invitados. El acto formal inició a las nueve, y unos mi­nutos de la mañana, con la animación a cargo del coro integrado por sacerdo­tes, seminaristas y exseminaristas formados en el Seminario.

Agotada esta pri­mera par­te de animación, el padre Francisco Jiménez (Cualo), puso la jornada en manos de Dios con una ora­ción especial elaborada para este ani­versario y que ha ser­vido de preparación para el evento durante meses en todas las comunidades de la Diócesis.

De inmediato, Mons. Francisco Almonte, bene­mé­rito sacerdote vegano y pri­mer rector del Seminario Santo Cura de Ars, en compañía del padre Tomás Flo­rentino, Rector, dieron las palabras de bienvenida a los presentes, destacando el va­lor y la entrega de las pri­me­ras generaciones allí forma­das y lo agradecidos que se sentían por tanta gracia y vocaciones que han florecido en ese Seminario, para servir al pueblo de Dios como sacerdotes y hombres de bien para la sociedad en general.

Tras las palabras de aco­gida, algunos obispos, exrectores y exseminaristas conta­ron parte de sus experiencias vividas en ese lugar. Inició Mons. Andrés Napoleón, Obispo de la Diócesis Bara­hona y egresado del Semina­rio, agradeciendo las ense­ñan­zas que recibió en esta Casa de Formación; afirmó que todo lo que es hoy y lo que puede hacer por la Igle­sia, en gran medida, tiene que ver con lo recibido durante esa etapa de su formación.

En esa misma línea, entre muchas anécdotas y risas, Mons. Fausto Ramón Mejía, en su condición de exrector, resaltó que ese seminario es parte importante de su vida y agradeció a Dios los frutos que ha dado y seguirá dando este Seminario.

Mons. Beni­to Ángeles, también exrector, compartió con mucho orgullo: «aquí me formé formando», «aquí fun­dé una auténtica plataforma de una vida de coherencia», «aquí consolidé mi amor al estudio, a la vida parroquial y a la Iglesia». También exhor­tó, de forma especial a los se­minaristas, a aprovechar el tiempo, pues «no vale la pena un tiempo libre para gastarlo en un ocio infecundo».

La última participación de ese evento inicial la tuvo el exseminarista Ma­nuel Zaca­rías Mejía, miembro de la pri­mera promoción formada en el Seminario, quien, en compañía de algu­nos de sus compañeros, agra­deció a todos los que sembraron en ellos «la fe y la rebeldía del amor y de la paz para representar la justicia en este país». Afir­maron que, de no ser por la formación allí recibida, no serían los hombres de bien que hoy son.

Desde su fundación en 1969 hasta el año 2019, el Seminario Santo Cura de Ars ha sido guiado por catorce rectores, formando aproximadamente mil jóvenes. De estos han sido ordenados no­venta sacerdotes, varios diáconos permanentes y muchos hombres de bien se han insertado en la sociedad y la vida de la Iglesia. De la primera promoción, cinco sacerdotes fueron ordenados: Padres Ramón Abreu, Félix Ro­sario, Óscar Peña, Perseverado Batista y Dio­nisio Suárez.

Terminada esta parte del encuentro, se pasó a la Euca­ristía, presidida por Mons. Héctor Rafael Rodríguez, Obispo de la Dió­cesis de La Vega, quien en su homilía agradeció y destacó –en consonancia con todos los ante­riores participantes– la labor de Monseñor Juan Antonio Flores, por ser un hombre de visión: «Tan pronto como llegó a La Vega se preocupó por la casa de formación de los futuros pastores de nuestra Diócesis, el Seminario, al que dedicó toda su energía y todo su empe­ño».

También, Mons. Héctor Rafael Rodrí­guez confesó que esta celebración le pro­vocaba un sentimiento de gozo, por los frutos cosechados en estos años, pero que, a la vez, sentía preocupación ante la progresiva disminución de vocaciones, lo cual representa un reto para él y toda la Iglesia diocesana, que se compromete a luchar para que ese pulmón, que representa el Seminario, siga siendo vida en la Iglesia. Recono­ció la labor de Mons. Antonio Camilo González, quien convirtió el Seminario en su ho­gar y a los seminaristas en sus hijos.

Con­clu­yó motivando a se­guir apostando por el Semi­nario, a impulsar la propuesta vocacional en niños y jóve­nes, y agradeció porque la semilla de la vocación sacerdotal aún hoy sigue presente.

Mons. Juan Antonio Flo­res fue Obispo de la Diócesis de La Vega desde el 1966 hasta el 1992. Impulsó la Obra Diocesana de las Voca­ciones –fundada por su predecesor Mons. Francisco Panal– con un ardor extraordinario, de manera que dio como resultado inmediato la fundación del Seminario. Mons. Antonio Camilo, obispo desde 1992-2015, dio un impulso especial a la Obra Vocacional, de manera que las vocaciones aumentaron significativamente.

Al cierre de la Eucaristía, el padre Andrés Batista, vicerrector del Seminario, agradeció la colaboración de todos aquellos que hicieron posible la celebración de estos 50 años formando hombres de bien y pastores para el pueblo de Dios. Y acto se­guido, se compartió el al­muer­zo en la parte interior del Seminario

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