Lecciones de una votación 

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José Jordi Veras Rodríguez.

En víspera de haberse llevado a cabo el proceso eleccionario del domingo próximo pasado, nos quedan varias lecciones que se hacen necesario apuntalar, como manera de aprender para mejorar el sistema político que tenemos, porque en alguna manera se debe mirar y analizar, qué ha sucedido, que más del sesenta por ciento no tuvo la iniciativa para ir a los centros de votaciones.

Es cierto que personalmente, no creíamos que el porcentaje de electores a votar fuera mucho, porque por el histórico en las elecciones de medio término o las municipales, por lo regular es muy diferente, en cuanto al ámbito de atracción para motivar al votante a ir a los colegios electorales.  Pero, tampoco esperábamos una abstención de la envergadura que hemos visto.

En el año 2020, en plena pandemia se adujo que el motivo por el cual casi el cincuenta por ciento no fue a las urnas, había sido por la situación de esa circunstancia y por el trastorno ocasionado.  Sin embargo, lo que se vio ahora, fuera de esos elementos, dejan indicar que algo está sucediendo y no anda bien.

Es cierto que hay que mencionar lo que indica Participación Ciudadana, en su informe, sobre la violación a la ley electoral y los procedimientos, en cuanto, a la cantidad de personas con emblemas y distintivos de partidos políticos haciendo campaña;  y se estableció la compra de votos.  Esto último, sigue siendo un cáncer en el proceso eleccionario dominicano, que se ha hecho difícil de erradicar.

Ahora bien, independientemente de lo señalado, hay otros factores que deberían analizarse y es que algo deben mirar los partidos políticos del por qué del universo de electores, un porcentaje tan alto ha dejado de ir a votar.  Incluso, si nos fuéramos al lugar de la oposición tendríamos que deducir que una gran cantidad de sus militantes no fue, ni le interesó ir a  votar, porque la cantidad de votos que han sacado es muy bajo, tanto donde perdieron, como donde ganaron.  Entonces, solo en ese aspecto, hay una parte importante que deben analizar esos partidos.  Es lo mismo, para el partido que ganó estas elecciones en casi todo el territorio nacional, por qué su porcentaje fue por debajo, aunque obtuviera la ganancia de causa con tan solo el treinta por ciento.

Se puede analizar por igual, que una parte de esos electores no fueron a votar porque han perdido la esperanza o confianza, en el sistema que nos rige y en los mismos partidos.  O, las propuestas o el vacío de las mismas, ha provocado que esos votantes no se hayan sentido atraídos por las ofertas realizadas y por los programas presentados o como hemos dicho, por la ausencia que hubo en su gran mayoría de la exposición y detalle de los proyectos que llevarían a cabo los candidatos.

En el año pasado hubieron estudios en el que se reflejaba un alto porcentaje que prefería otro sistema que no fuera democrático que pudiera ser instaurado como solución a los diferentes problemas y siempre nos ha llamado en atención eso y lo traemos a colación a propósito de estas pasadas elecciones.  Porque de alguna manera existe un número de esos votantes que no fueron a ejercer su derecho, que han perdido la confianza en el sistema de partidos de nuestro país y eso si debería ser una alerta para cada parcela política.

Antes de finalizar, no deseamos hacerlo, sin reconocer el trabajo excelente llevado a cabo por la Junta Central Electoral, en contra de la cual, se tejieron tantas dudas y que en los días previos a la votación, se habló hasta de sabotaje y de todo cuanto se pudo pensar.  Sin embargo, los resultados están ahí y quedaron sepultados, con los hechos todas las denuncias sin base.

Ojala y, tanto los triunfadores como los que perdieron, no se queden solamente en el éxtasis de la victoria o la agonía de la derrota, porque estarán dejando de mirar, todos los factores ya mencionados o muchos otros, que dieron al traste con una abstención tan alta, incluyendo su propia militancia.