DOMUND

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Hoy es DOMUND: Domingo Mundial de las Misiones. Toda la Iglesia refuerza hoy su compromiso de ir a los últimos confines de la tierra. A anunciar el amor de Dios, la salvación traída por Jesucristo con su muerte y resurrección, el establecimiento del reinado de Dios, la realización de que todos somos hermanos, la fraternidad universal que nos trae justicia, paz, solidaridad, libertad.

Nos lo recordó el Concilio Vat. II: “Sobre todos los discípulos de Cristo pesa la obli­gación de propagar la fe según su propia condición de vida”. (LG, 17): laicos y laicas, consagrados y consagradas, diáco­nos, presbíteros y obispos. Nadie excluido. Unos irán lejos: África, Asia, o países no tan lejanos. Otros en su diócesis o ­parro­quia. Todos discípulos misioneros realizando con alegría la primera o la nueva Evan­gelización. Y habrá misioneros que lo hagan como Santa Teresita del Niño Jesús: con oración y penitencia. Todos formando el gran ejército de Jesucristo librando la gran batalla de la liberación con la única arma: Anuncio del Evangelio con el testimonio de vida y con la Palabra.

Hoy la Iglesia necesita ardientes misio­neros y misioneras que vayan con nuevos métodos, con nuevo ardor. Jesús, primer misionero, nos envía adelante, pero Él va con nosotros en la barca.

Hoy, Jornada de la misión universal de la Iglesia, renovemos nuestro compromiso. Si el Señor nos dice: “A quien enviaré, digámosle como Isaías: aquí estoy, envíame”.

Hoy, oremos con fervor por la misión universal, y colaboremos con dinero en la colecta por las obras de la Iglesia en las misiones.

 

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