-Juan Guzmán

Proyecto Rescate Rosado del flamenco del Caribe

Con la noche aún dueña del mundo nos dirigimos desde Manzanillo, donde habíamos pernoctado, hacia el Parque Manglares de Estero Balsa, allí Federico Franco, Viceministro de Áreas Protegidas y Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, encabezaría la liberación de trece ejemplares de Flamenco (Phoenicopterus ruben) los cuales procedían, por primera vez, de las entregas voluntarias de hoteles privados, los cuales les mantenían en estado de cautiverio, luego de adquirirlos de manos de aquellos que realizan la captura indiscriminada de este miembro de la familia de los Ibises, que visita nuestra isla de manera prolongada durante el año, en la zona suroeste del país (Parque Nacional Jaragua y Lago Enriquillo) y aquí, en las lagunas saladas bajas del noroeste, ricas en alimento para su dieta natural.

La expectativa de liberación, habría una interrogante entre todos los presentes, principalmente entre los biólogos del Zoológico Nacional. Ellos (los biólogos), se encargaron de recibir los flamencos procedentes de los hoteles, colocarlos en cuarentena, alimentarlos con una dieta sustituta y llevar a cabo control biológico de sus condiciones sanitarias. Además, junto al equipo del Ministerio de Medio Ambiente, trasladar las aves a Estero Balsa, con la adición de todo los pasos del proceso de puesta a punto antes de la libertad (ejercicio, alimentación y vigilancia del período de adaptación de quince horas previo a la reintroducción en un ambiente natural. Por último, la educación (in situ) del personal que atenderá las aves por los próximos dos meses).

No puede describirse con palabras el momento. Acompañadas de Federico Franco, las aves desfilaron frente a nosotros sobre la blanda pasarela del piso del lago hacia la extensa laguna marina, abrieron sus alas e iniciaron una carrera hacia el agua. Desde el bosque de mangle, las alas batientes de cucharetas, viuditas, playeros, garzas de diversas especies, al mismo tiempo que se deja escuchar el coro extraordinario de los Pollos del Manglar, les dio la bienvenida. Cruzaron a trote y vuelo la laguna. Delante de nosotros quedó un espacio vacío y lágrimas profusas brotaron de nuestros ojos. Habíamos testimoniado un evento vital: la siembra de la vida rota en el cautiverio que hoy festeja su reencuentro en una hermosa fiesta de vuelo, canto y color. ¡La misión estaba cumplida!

La historia

El flamenco se alimenta en aguas bajas donde es víctima de captura, principalmente con la utilización de trampas criminales instaladas en los saladares y que se ocultan cuando la marea oceánica sube e inunda estos espacios. En esta etapa se mutilan o muere un número significativo de las aves, debido a la deshidratación y al maltrato que resulta de sus pies trabados en las trampas. Otro porcentaje perece en la manipulación y posterior colapso de todos sus sistemas vitales (se les extirpa la falange que sostiene la punta de una de sus alas y ya no pueden volar con equilibrio). Además, el flamenco, al ser apartado de su alimentación natural, pierde la vistosidad y la coloración de sus plumas, al mismo tiempo que su gracia y tono vital.

Rescate Rosado

En el año 2020 el Ministerio de Medio Ambiente modificó la manera de enfrentar la captura del flamenco y pasó a formar una alianza estratégica con el Zoológico Nacional y la ONG de observación, monitoreo y registro de vida silvestre Grupo Acción Ecológica (GAE), en paralelo el grupo hotelero Iberostar y Viva Resort se comprometían a colaborar con la iniciativa, cediendo las aves de manera voluntaria y comprometiéndose a suplir alimentación y gastos relativos a las mismas hasta su adaptación total en un entorno natural, a cambio podrán exhibir un infograma en tamaño natural del flamenco con la inscripción “Nosotros no usamos vida silvestre cautiva en nuestra decoración. Somos parte de #RescateRosado”, y un código QR con la información educativa del proyecto.Al mismo tiempo, se les otorgará la no objeción para optar por el Certificado Bandera Azul, en el momento en que dejen de tener vida silvestre cautiva. En otras palabras; pasan de decorar los estanques con flamencos cautivos a dar una imagen de colaboradores y defensores de la vida silvestre.

Federico Franco (Viceministro de Áreas Protegidas y biodiversidad.)

“Un flamenco vivo genera, en visitación y ecoturismo, una corriente de circulante económico en las comunidades base que pueden cambiar radicalmente su camino hacia un estilo de vida digno. Apostamos a la formación de conciencia de esa población, que habita en y vive de los recursos de su espacio vital, para preservar esta especie de vida silvestre; así como a la colaboración del sistema hotelero, mercado de los que capturan la especie y que utiliza al flamenco como decoración de sus espacios”.

Expectativas y metas de Rescate Rosado

La meta a corto plazo es el rescate y recuperación de 200 flamencos que se liberarán a una taza promedio de 25 ejemplares cada mes, tomando en cuenta el delicado proceso de preparación de las aves.

Paralelamente, trabajar junto al Grupo Acción Ecológica (GAE) y las dependencias del Ministerio de Medio Ambiente en una campaña para modificar la práctica cultural de quienes capturan las aves, preparándoles como guías ambientales que puedan generar ingresos superiores a aquellos que obtienen de la captura y venta del flamenco, al mismo tiempo que el flamenco vivo y en su hábitat será el atractivo que generará el proceso de visitación, observación, turismo y movimiento económico de sus aldeas y comunidades en un proceso integral que desincentive la captura del ave.

Así mismo, incentivar, durante un año, entre los receptores (hoteles y particulares) la opción de devolver de manera voluntaria, como lo han hecho algunos, los cientos de flamencos en estado de cautiverio actualmente en sus manos. Al final de este período activaremos los mecanismos de ley que apoderan al Ministerio de Medio Ambiente para la protección de la vida silvestre.

Maria Paulino, Grupo Acción Ecológica (GAE)

“En los 20 años que llevamos observando aves hemos sido testigos del maltrato y la captura del flamenco y la disminución de su población. Trabajar y ser partícipes de esta experiencia de liberación de flamencos es como ver una luz de esperanza y saber que nuestros esfuerzos de vigilancia y conservación ahora sí están dando frutos tangibles”.

Roque Cabrera. (Presidente de la Asociación de Pescadores Guardianes de la Bahía)

“Nos comprometemos a colaborar en la vigilancia de estos flamencos en nuestra área de Estero Balsa y a promover su presencia entre la gente, de forma que podamos ayudar a crear conciencia de su belleza e importancia”.

Tatiana Carreño Pinto (Médico Veterinario Parque Zoológico Nacional)

“Mi trabajo me da la oportunidad de aportar a la conservación, y todos los esfuerzos se ven recompensados al vivir la experiencia de la liberación de este primer grupo de flamencos.Son emociones que sentimos quienes amamos lo que hacemos.Siento que lo estamos haciendo bien“.

Eladio Fernández. Fotógrafo conservacionista y consultor ambiental

Más de 200 flamencos permanecen cautivos en los estanques artificiales en manos de sitios turístivos y personas particulares en la República Dominicana como resultado de años de manejo inadecuado de la vida silvestre. Rescate Rosado procura retornar estos flamencos en cautiverio a los espacios de vida silvestre a donde pertenecen”.

Lic. Marielis Sánchez Mora. Bióloga, Curadora de Aves Parque Zoológico Nacional

“Esta experienia nos muestra cómo un pequeño grupo de personas logra devolver estas aves a donde siempre debieron estar, adornando los humedales del caribe, en libertad! El Parque Zoológico Nacional seguirá trabajando en la rehabilitación de las especies y apoyando la conservación a través de Rescate Rosado. Recuerden que la extinción es para siempre”.

Indhira Sénchez. Inspectora de Vida Silvestre Ministerio de Medio Ambiente

“La vida silvestre solo tiene un lugar idoneo: La naturaleza trabajar en rescate de especies en manos inadecuadas es mi trabajo cotidiano.Rescate Rosado es la manifestación de mis inquietudes como rescatista y me siento feliz de ver como está dando frutos”.

Reportaje: Juan Guzmán

Fotógrafo de naturaleza/colaborador ambiental

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