Por: José Jordi Veras Rodríguez 

Hace poco se dio a conocer en las noticias que aquí en Santiago, se había realizado otro sicariato en contra de un abogado y que el mismo había sido asesinado de múltiples disparos que impactaron en el cristal del conductor, mientras se desplazaba por la carretera de la Ciénaga.

Se había también dado a conocer que la víctima había llegado con vida al centro clínico donde fue llevado, que según nos indicaron, había sido a la clínica Corominas, lamentablemente, no sobrevivió. 

Tan pronto vimos los detalles del suceso mencionado, hicimos una retrospectiva de lo que nos había ocurrido hace ya catorce años, un dos de junio del 2010. Con las mismas especificaciones, disparos impactados en el cristal del conductor y dos de estos uno debajo del otro, dando muestras que quien disparó fue un profesional, o sea, los tiros no fueron hechos al azar ni por un aparecido. 

En el caso de quien escribe, los tiros fueron realizados por un policía. Y en el hecho del atentado participaron al menos dos más, de los que pudieron ser probados. 

Una vez pudimos lograr ser sacados del vehículo fuimos conducidos también a la Clínica Corominas donde todo el tiempo estuvimos conscientes hasta pasado un tiempo de cerca de una y media hora.  Y gracias a Dios y a los médicos, hoy podemos contarlo y dar testimonio de ello.  Pero, todo el que ve el cristal y la dirección y donde impactaron las balas, están conscientes que estamos hoy respirando, por un verdadero milagro del Altísimo. 

Viendo ambos escenarios, cómo no dar gracias por estar con vida y siempre vivir agradecido de quien tuvo misericordia de nosotros.  Porque hoy, la familia de ese abogado, a quien no conocíamos personalmente, llora su ausencia y su crimen. 

Hemos perdido tanto en valores como sociedad, que no bien tenía horas de haber fallecido, y había programas y personas llamando para justificar el hecho, por tal o cual razón y alegando cuanto se le ocurría al productor y a los televidentes. Es que buscamos siempre un motivo para seguir justificando que alguien pueda tomar en sus manos la suerte de la vida de otros. Sin embargo, ay! si nos tocara de cerca habría que ver si pensaríamos igual. Porque tenemos el mal hábito de juzgar sin saber o asumimos la calidad de jueces para hacerlo. 

Hacemos mención de todo esto, porque no solo se contentaron con intentar asesinarnos físicamente sino también, moralmente. Y hubo comunicadores que se dieron a esa tarea. Cuidado cuando juzgamos y detractamos, porque todo aquello que señalamos de forma indebida, puede salpicarnos a nosotros. 

En una ocasión, la magistrada Yeni Berenice Reynoso Gómez, actual Procuradora, Adjunta, indicó que en la mayoría de los crímenes organizados estaba presente las manos de agentes policiales y militares. 

Ojalá y este caso mencionado y los demás sin resolver, pueda determinarse quiénes estuvieron envueltos. Es una tarea que ha sido muy difícil para las autoridades, mientras tanto, siguen asesinando abogados. 

Hasta para develar los implicados en nuestro caso,  hubo que hacer mucho esfuerzo para ello por los obstáculos que se tejieron. Y hasta en eso, hubo el milagro de Dios que permitió que fueran descubiertos los responsables principales. 

Viendo todo lo indicado más arriba. Cómo no dar gracias y vivir en gratitud. Gracias Señor.