Diócesis de San Juan de la Maguana

El día 7 de agosto del 2023 con gozo y regocijo celebramos en la catedral San Juan Bautista de esta Diócesis de San Juan de la Maguana con la Eucaristía el 30 aniversario de Monseñor Tomas Alejo Concepción.

En la misa para dar gracias a Dios por tan significativo momento acompañaron a Mons. Tomas: Monseñor José Dolores Grullon Estrella, obispo emérito de la Diócesis de San Juan, algunos sacerdotes de la Diócesis,  diversas comunidades religiosas y demás feligreses, entre ellos amigos de Monseñor Tomas que acudieron desde la Diócesis de la Vega.

En la homilía Monseñor Tomas expresó que desde muy pequeño sintió el deseo de ser sacerdote, que siempre “jugaba a celebrar la misa a los niños que estaban con él”. Que su vida como consagrado al Señor nunca la concibió sin ser sacerdote. “Siempre me he sentido llamado y elegido a esta Vocación sacerdotal”. 

Desde que Monseñor Camilo me ordenó el día 7 de agosto de 1993 “Nunca me he arrepentido de ser sacerdote, viviendo siempre entregado al Señor y a la comunidad”. Disfruto mucho de ser párroco, no por el título de serlo, sino porque disfruto mucho de estar trabajando en la parroquia, entregándome día a día al servicio de los necesitados espiritual y materialmente, dando sobre todo el Pan de la Palabra y de la Eucaristía, visitando a los enfermos y realizando todo lo que Dios va pidiendo, a pesar de las dificultades e incomprensiones, porque Cristo es nuestra fuerza. 

Sostuvo que, en cierta ocasión, se sintió atraído por la vida monástica, es decir la vida de oración en un monasterio, pero al ver que, en este estilo de vida, no se tiene como meta la vida sacerdotal, decidió ingresar al seminario diocesano para así poder algún día cumplir su sueño de ser ordenado como Sacerdote al estilo de Jesucristo Buen Pastor. 

Otra anécdota que nos compartió fue lo que vivió y fue cuando le comunicaron el haber sido elegido para ser obispo de la Diócesis de San Juan de la Maguana: “Yo nunca me imaginé ser Obispo, ni anhelé serlo.  Me llevé tremenda sorpresa cuando me comunicaron la noticia y me sentí muy pequeño con tan gran responsabilidad, pero sin duda alguna lo más importante es que estoy confiado en el Señor, porque sin Él no soy nada, y sobre todo doy gracias por todos los que han orado por mí. 

Les digo que sigan orando para que el Señor me ilumine y me ayude a guiar al Pueblo que él mismo me ha confiado. A semejanza de Moisés que Dios le pide guiar a su pueblo. Que a pesar de las dificultades podamos seguir con la alegría que proviene de Cristo. Que renueva nuestras fuerzas físicas y espirituales.  Que si ahora celebro 30 años me conceda otros 30 años de vida sacerdotal junto a cada uno de ustedes.