“Aférrate a la fe, aun en los momentos difíciles.”
“Tu entrega puede ser una semilla de fe para el otro.”
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?” – Salmo 27:1
En los momentos más oscuros de la vida, cuando el miedo y la incertidumbre parecen dominarlo todo, la fe puede ser el ancla que sostiene el alma. En mi experiencia personal, atravesé una situación que me hizo sentir vulnerable, expuesto a la tormenta emocional que traen las pruebas. Sin embargo, en medio del dolor, recordé las palabras del salmista: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?” Esa promesa se convirtió en una linterna que alumbra mi camino, aunque fuera un paso a la vez.
Esta cita bíblica resonó profundamente en mí, porque en medio de mi prueba, entendí que no estaba solo. La luz del Señor no solo disipó mi temor, sino que me dio la fuerza para seguir adelante. Mi entrega, mis lágrimas y mi resistencia silenciosa fueron, sin saberlo, una semilla de fe para otros que me observaban.
Hoy reflexiono y veo que la fe no siempre cambia nuestras circunstancias de inmediato, pero sí transforma nuestro corazón. Nos hace más humildes, más fuertes y más compasivos.
Oración final:
Señor, gracias por ser mi luz cuando todo parece oscuro. Enséñame a confiar en Ti, incluso cuando no entiendo el camino. Que mi fe, aunque pequeña, sea testimonio de tu fidelidad. Y que en cada prueba, yo aprenda a verte más claramente. Amén.




