Necesitamos paz …
Se desborda la violencia
a un nivel insospechado
que jamás en el pasado
tuvo tanta virulencia;
dicho sin ambivalencia
que no puede ser posible
permanecer impasible
ante el panorama horrendo
que nos está corroyendo
de una manera terrible.
Los crímenes inauditos
o matanzas colectivas
son acciones destructivas
que agravan estos delitos;
y dolores infinitos
destrozan los corazones:
parricidios, violaciones
secuestros y sicariato
se suman al arrebato
con perversas extorsiones.
El afán por el dinero
o la vida licenciosa
inmoral y perniciosa
son el criminal sendero;
y aún cayendo prisionero
desafiarán a la muerte
contando que, con la suerte,
conseguirán su objetivo
en el mundo delictivo:
ser un capo rico y fuerte.
Verdaderos renegados
(no hay principios ni valores)
cual vulgares malhechores
son seres atormentados;
recelosos, desconfiados
sin credo ni convicciones
cargan graves adicciones
que requieren tratamiento
llevando su sufrimiento
con sus malvadas acciones.
El mal se generaliza
como letal epidemia
y por tanto el tiempo apremia
porque esto escandaliza;
pues la nación se desliza
hacia el insondable abismo
preludio del extremismo
que destruye sociedades
y nos llevan sus maldades
al cruel totalitarismo.-