La salud de una nación 

es vital y es cosa seria

y no la fiesta o la feria

de cada administración;

pues, provoca indignación 

que el sistema sanitario 

sea botín rutinario 

con un manejo doloso

inmoral y doloroso 

por un monto millonario.

Cuando llega un incumbente

promete hacer lo contrario 

del anterior funcionario

que dejó un rastro indecente,

y jura solemnemente 

que no habrá vacas sagradas 

y que las manos manchadas

del crimen del peculado

pagarán caro el pecado 

y serán encarceladas.

Pero ¡oh, cuánta sorpresa!

ver en fuentes noticiosas 

que personas maliciosas

ya crearon otra empresa,

que millones les ingresa

de manera irregular

donde el propio titular

(que decía ser honesto)

dirigía el clan funesto

tratando disimular. 

Es una acción criminal

negociar con el dolor

como un cheque al portador

del erario nacional,

cuya sanción es penal

y debe ser rigurosa

pues la maña delictuosa

no quiere coger cabeza

y se requiere dureza

de una justicia imperiosa. 

Parece que es necesario

endurecer las sanciones 

contra las malversaciones 

que son un tema ordinario.

Confieso ser partidario

de una manera frontal

que este delito mortal

se erradique de raíz 

blindando nuestro país 

contra este dolor letal.