Décima
El país, desconsolado
hondamente entristecido
silencioso, enlutecido
pero también indignado
clama respuesta al Estado
y así no queden impunes
los que se sienten inmunes
y ante las leyes blindados
mismos que son señalados
por el fatídico lunes.
Una actuación judicial
expedita y responsable
sin haber nadie intocable
o en estatus especial,
con voluntad imparcial
cumpliendo su cometido
en el más pleno sentido
de majestad de la ley
donde no hay rico ni rey
ni fallo preestablecido.
Jamás puede ser venganza
que mueva el resentimiento
u otro oscuro sentimiento
análogo a la acechanza,
que se gane la confianza
nuestro legal estamento
cuando, llegado el momento
de emitir docta sentencia
se salde la consecuencia
de este dolor y tormento.
El tiempo será el ungüento
que ayude a sanar heridas
de tantas vidas perdidas
en ese trágico evento.
La fe nos dará su aliento
para seguir adelante
y que nada nos quebrante
la voluntad de seguir
lo habremos de conseguir
codo a codo Dios mediante.-