Se repite nueva vez
un hecho muy bochornoso
criminal y doloroso
por la falta de honradez,
un acto de estupidez
que a la Patria es traición:
el robo de munición
de sus propios arsenales
en las filas policiales
hiere a toda la nación.
Me provocó indignación
pero nada de sorpresa
que una banda fuera presa
en la gris institución,
la que por Constitución
es orden y autoridad
que cuida la propiedad
privada y la del Estado
y lo que se ha destapado
es de suma gravedad.
Vendían los proyectiles
a bandas muy peligrosas
y a personas maliciosas
con vínculos gansteriles,
por centenares de miles
llegaron a negociar
en su dolo sin saciar
(según registra el informe)
manchando así el uniforme
al que osaron despreciar.
Éste no es un hecho aislado
es un tema recurrente
más que común y corriente
como el que se ha desvelado,
en el que está vinculado
uno de sus efectivos
en asuntos delictivos
sea por robo o por asalto
es imperativo un alto
con drásticos correctivos.
Peligra la fortaleza
de nuestra seguridad
ante la cruel realidad
con la que a diario tropieza,
que amerita una limpieza
más radical y profunda
de toda la lacra inmunda
y arrancarla de raíz
para que nuestro país
en el fango no se hunda.-
e