Por: José Jordi Veras Rodríguez.

En el momento en que estamos haciendo este escrito, se está llevando a cabo el Mundial Femenino Sub-17 que es organizado y avalado por la Federación Internacional de Fútbol Asociación  (FIFA), junto a la Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) y Federación Dominicana de Fútbol. 

Luego del 2018, cuando inició la liga de Fútbol Femenino, entendemos que muy pocos podían imaginar que en tan poco tiempo habría la posibilidad de tener un Mundial con la participación de 16 equipos. 

No importando que sea de jóvenes de 15 a 17 años, el evento es a nivel del mundo y todos los ojos a nivel internacional han estado puestos sobre nuestro país, independientemente que nuestro equipo haya sido o no competitivo, por el solo hecho de poder participar y de que en el desarrollo del mismo la semana próxima pasada logró su primer gol de un evento de esta naturaleza, de los pies de la jugadora, Yuleinis Brito, la cual pasó a la historia por esa acción.

Quien escribe recuerda en sus años de juventud lo que era el fútbol como deporte. No todos lo practicaban. Había lugares como Moca, Licey, Jarabacoa, que se reconocían como grandes equipos, pero no pasaba de eventos criollos, internos y Centroamericanos.  

Es mucho lo que ha llovido desde aquel entonces. Y para profesionalizarlo, fue apenas hace 10 años, cuando la Liga Dominicana de Fútbol dio inicio, a eso del 2014, siendo su primer campeonato en el 2015. Esto quiere decir que es mucho lo que se ha ido creciendo en poco tiempo. Porque ya existen jugadores masculinos en equipos españoles y de Latinoamérica, porque reconocen el valor deportivo del atleta dominicano.   

Se reconoce que cada año ha ido creciendo de manera acelerada la afición por los partidos de la Liga. En los colegios, lo que antes dominaba el béisbol y los campos que se tenían era para la práctica solamente del deporte nacional, sin embargo, hoy han ido sustituyendo entre los jóvenes por esa disciplina.

El evento del Mundial Femenino del cual hemos sido sede, a través de Santiago y Santo Domingo, nos permitirá hacer crecer el fruto, por la  semilla que fue sembrada hace bastante tiempo y se le dio un empuje hacia el profesionalismo, con el apoyo empresarial hace apenas unos diez años.  

En el partido inaugural fuimos testigos de la cantidad de personas que se hicieron presente para ese primer partido del Mundial y dentro de ese público, la mayoría eran jóvenes y nos dio mucha satisfacción porque todos ellos serán el futuro de ese deporte, al igual, que las que estaban participando como parte del equipo dominicano.

Quizás muchos dominicanos, no puedan entender la trascendencia de este Mundial Femenino de Fútbol, porque la mayoría de sus beneficios intangibles serán vistos con el tiempo y el pasar de los años, pero ya la semilla está sembrada.  

Ya nos toca a nosotros seguir dándole el apoyo que se requiere y hacer los esfuerzos para seguir mejorando.

Ya de paso, nos quedarán habilitados todos los estadios que  para este evento mundial fueron remozados, reparados y adecuados y en los cuales se invirtió una considerable suma de dinero por el organismo internacional y el Estado Dominicano.

Enhorabuena. Tenemos una disciplina para quedarse y seguir estableciéndose, así como ha sucedido en otros ámbitos internacionales.