Por: José Jordi Veras Rodríguez.
Cuando hemos visto lo que en cuestión de días se dio, que fueron la realización de dos atracos bancarios. Y no por el hecho del atraco, porque eso sí es una cotidianidad, en el ámbito de los barrios y urbanizaciones, porque la delincuencia se ha desbordado por encima del poder de la autoridad.
Sin embargo, en el caso de que se hayan efectuado en bancos, sí es de preocupación, y entre uno y otro no mediaron quince días, con heridos y una persona muerta. Pero, de los asaltantes dos murieron, y lo peor, muchachos jóvenes que tenían todo el tiempo para dedicar sus esfuerzos a muchas áreas productivas, es lo que por lo regular se asegura.
Ahora bien, ¿cuáles son los mensajes que desde los litorales que están llamados a brindar el mayor ejemplo se están dando? Ahora mismo, lo mejor es dedicarse a la política, porque se tiene una especie de garantía de pertenecer de alguna manera a la nómina estatal, manejar otro tipo de recursos e influencia. Como vimos hace poco, que en Pedro Brand, la Sala Capitular acabando de llegar ya duplicó el pago que recibirán de ahora en adelante. Cuando en un pasado no tan lejano, esta se suponía era una función honorífica, porque estaba más ligada al honor y a la moral de quien aceptaba tal posición, pero ya hoy, es ansia de poder y muchas otras cosas.
Entonces, a esto le sumamos un Estado que cada año invierte millones y millones para mejorar la educación, sin embargo, ésta parece estar estancada en comparación con las inversiones realizadas. Seguimos sacando poca efectividad en las evaluaciones. Y tenemos docentes más preocupados por elevar aún más el salario, que ya siendo mejorado, prefieren seguir paralizando, antes que mejorar lo que hay.
Otro elemento que no podemos soslayar es el familiar. Antes, cuando alguien parte o miembro de una familia, llegaba con algún objeto que llamaba la atención, fuera ropa o joyas, los padres eran los primeros que preguntaban de dónde había sacado eso que no podía justificar. Pero ahora, todo se ha distorsionado. Hasta existen mamás y papás, que “muestran” a sus hijas, a peloteros adinerados o empresarios, o alguien de la comunidad, solo para “mejorar”. Todo el control que existía en el hogar, se ha ido perdiendo. Y esto es parte de todo cuanto sigue ocurriendo.
¿Cómo avanzamos? Cómo hacemos que los jóvenes no tengan que estar solo quedándose con los malos ejemplos que ven o escuchan en las canciones que motivan a todo, menos al esfuerzo, la dedicación, la responsabilidad o llevar una vida acorde a las reglas.
¿Qué nos está pasando? Que muchos de nuestros jóvenes quieren hoy con poco esfuerzo o conseguir lo que a otros les ha tomado mucho tiempo, lo quieren ahora. Incluso, esto lo vemos en profesionales de diversas áreas, que desean todo, sin pasar el proceso, solo viendo los resultados y aferrados a los peores mensajes. Es lo que está creciendo en muchos jóvenes y contra lo que tenemos que despertar y luchar para cambiarlo.