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Hace un tiempo atrás tuve el placer de participar en una conferencia del biblista argentino Ariel Alvarez, donde exponía el tema de su tesis doctoral sobre la apocalíptica en la Biblia. Comparto con ustedes algunos apuntes que tomé de ese encuentro, y que nos pueden ayudar a entender este género bíblico que tanto apasiona e inquieta a la gente, sea creyente o no.
Primero expuso que la ubicación histórica de la apocalíptica es el siglo II a. C., y II d.C., y nace como una respuesta de fe ante una situación histórica de invasión cultural: el mal se ha desencadenado en el mundo, es tan fuerte que Dios va a intervenir al lado de sus fieles, para desterrar este mal. Es la revelación que aporta, pretende revelar algo en su esencia, entonces, definimos la literatura apocalíptica como aquel conjunto de libros escritos en un género literario especial, en donde un ser de otro mundo transmite a un ser humano una serie de revelaciones (fin de los tiempos, catástrofes cósmicas, etc.), y cuya función es la de interpretar las circunstancias terrenas presentes a la luz del mundo sobrenatural e influir en la conducta de los lectores.
El libro de Daniel nace y es cumbre de la literatura apocalíptica: 165 a.C.; el libro de Enoc (Enoc etíope) es la obra más grande, pues son cinco libros de diferentes épocas (siglo II a.C.). En el cristianismo primitivo gozó de gran relevancia, y en la patrística, descubierto por James Bruce, y cuenta la revelación del patriarca Enoc en su viaje a los cielos. Cinco libros como dijimos y 104 capítulos: El libro de los Vigilantes, El libro de las Parábolas, Libro de Astronomía, Libro de los Sueños y Epístolas de Enoc; se empezó a escribir hacia el 150 a.C., y se terminó en el siglo I a.C., Enoc era el séptimo patriarca (Gen 5,23), su vida como un calendario (365 años), anda con Dios, se dice que no murió, sino que fue llevado al cielo, entonces todo esto lo vuelve apto para la apocalíptica.
Otra obra es El Libro de los Jubileos (150 a.C.), escrito para reafirmar el calendario judío cuando el rey Antíoco impuso el calendario griego, cuenta la revelación de Dios a Moisés de la historia dividida en 49 años, subdivididos en períodos de 7 años. Otro libro es El Testamento de Leví: el testamento de los 12 patriarcas cuenta que cada uno antes de morir anunciaba lo que iba a pasar, discursos, consejos, pero el auténticamente apocalíptico es el de Leví. En el siglo I a.C., están Los Salmos de Salomón, colección de 18 Salmos, un único autor (50 a.C.), son como un llamado angustioso a que venga el Mesías, es contrario a los sacerdotes del templo, los últimos Salmos 17 y 18 tienen características apocalípticas. Están también Los Oráculos Sibilinos, 15 libros (se han perdido el 9, 12 y 15), los oráculos eran lugares donde iba la gente a consultar a la Sibila (profetisa mítica de la antigüedad), el autor la cambia por Yahvé, el libro tercero es el apocalíptico, es un llamado a practicar la ley de Moisés. Tenemos La Asunción de Moisés, él antes de morir hace unas predicciones donde va interpretando la historia desde la llegada a Canaán hasta el año 30. d.C.; le sigue El Henoc Eslavo, Apocalipsis de Esdras o 4to. Libro de Esdras, Apocalipsis de Baruc, de Abraham, de Isaac, y otros más. (Vale aclarar que fuera de Daniel todos estos libros tanto por judíos y cristianos son considerados apócrifos).
En el siglo II d.C., desaparece la apocalíptica judía y es retomada por el Cristianismo.