Sucedió allá en La Habana
al filo de los cuarenta
el exilio se incrementa
en la capital cubana:
es gente dominicana,
patriota y de buena fe
quien reunida en comité
decidió formar partido
y con un jacho prendido
se fundaba el perredé.
Se despertó el activismo
opuesto a la dictadura
de la peor catadura
que encarnaba el trujillismo,
el más insondable abismo
en que cayó nuestra historia
de un hombre y su vanagloria
aupada por el ardid
se erigía en adalid
de la patria trayectoria.
Fue tarea perentoria
que auguraba sacrificio
el cumplir con el servicio
de causa tan meritoria.
emprendida con la euforia
de la estirpe quisqueyana
vislumbrando ese mañana
que se debía legar
y había que doblegar
la satrapía villana.
Aunque fallidos intentos
ofrendaron muchas vidas
jamás se dieron vencidas
ni gentes ni movimientos,
continuando hostigamientos
al tirano acorralado
demonio envalentonado
que a sus huestes asesinas
masacrar tres heroínas
sin piedad, ha consumado.
Vino el ajusticiamiento
de la bestia sanguinaria
y una fiebre libertaria
trajo el acontecimiento;
tras el estremecimiento
quedó como consecuencia
liberada la conciencia
del pueblo y de sus acciones
votando en las elecciones
a Bosch a la presidencia.
Soñose la construcción
de una sociedad más justa
con una nueva y augusta
Carta de Constitución;
se sembró la institución
con esta nueva simiente,
mas cuando era incipiente
esta flor de libertad
no llegó a la pubertad:
fue mordida por serpientes.
Consumada la traición
al solemne juramento
días de oscuro tormento
acechaban la nación,
y en su alta inclinación
la escarpada cordillera
lloró cuando allí cayera
Manolo herido de muerte
aquel que atara su suerte
al ideal que creyera.
No hubo pausa en lo adelante
frente al triunviro impostor
y en esa lucha, gestor,
de un coronel su talante
puso el punto culminante:
abrió el himno en el atril
de su corazón febril
regio su canto entonó
y un estallido tronó
el Veinticuatro de Abril.-