El breve espacio en que sí estás 

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Disfruto estar en la casa

como pájaro en su nido 

oyendo el mudo sonido 

del tiempo que lento pasa

el cafecito en su taza

el olor de la cocina

el sofá cuando rechina

o la vieja mecedora 

y el pan en la tostadora

en la hora matutina.

Algún libro, una canción 

talvez clásica o moderna

tan romántica cuan tierna 

que provoca mi emoción 

alentando la ilusión 

que da sentido a la vida 

y restaña aquella herida

que lastimó el corazón 

borrando la desazón 

que con el tiempo se olvida.

Estar juntos a la mesa

compartir los alimentos

son los valiosos momentos

que el alma siempre sopesa

quedando allí mismo impresa

en la memoria entrañable

esa imagen adorable 

del recuerdo familiar

que nada podrá cambiar 

porque es valor imborrable.

Cada detalle hogareño

la vieja fotografía 

un libro de ortografía

que usaba desde pequeño 

cuando era el niño risueño

descubriendo un nuevo mundo

sin perderme ni un segundo

en esos intensos días 

entre juegos, picardías …

de aquel grupo tremebundo.

Y heme aquí peinando canas

ya casi septuagenario

sin pensar en calendario

porque son cosas mundanas

mejor pongámosle ganas 

y no ser irresoluto

en vivir cada minuto

día a día entusiasmados

con nuestros seres amados

¡Por Dios lo que más disfruto!