Luego de un proceso de discernimiento, a raíz de una invitación del Cardenal Omella, Arzobispo de Barcelona, a colaborar en su diócesis, decidí aceptar el desafío, junto a los retos que representa. Me siento muy agradecido por la acogida que me ofrece el Sr. Cardenal.
La renuncia a Baní era un requisito para poder aceptar la invitación a colaborar en Barcelona, y se hizo con el visto bueno del Papa Francisco que yo asumiese este compromiso. Busco siempre estar en el lugar que entiendo que Dios quiere y que la Iglesia me requiere.