El conocimiento que hemos acumulado, aunque sea muy extenso, cubre solo una pequeña parte de la realidad, se embota y exige descanso. En cambio, el conocimiento de los ángeles es directo, activo y nunca es agonizante.
Pseudo-Dionisio el Areopagita, enseña que los ángeles reciben una comprensión directa y bendita de Dios. Su poder y energía intelectual irradia de una pureza inmaculada y les permite percibir las ideas divinas directamente de Dios. Además, existe una jerarquía entre los ángeles. Según san Isidoro de Sevilla, los Querubines tienen un conocimiento especial, y es por el hecho de estar situados cerca del conocimiento de Dios, a pesar de que los otros coros también tienen acceso directo a la sabiduría de Dios.
Aunque el conocimiento de los ángeles es grande y más cercano al de Dios, es limitado tanto en la perfección de su naturaleza como en su funcionamiento. El ángel no sabe las cosas por venir y secretos reservados sólo a Dios (cf. Mc 13, 32). El ángel sabe, por ejemplo, que una nube que se acerca pasará sin una gota de lluvia, que otra nube provocará un aguacero que causará grandes daños materiales. De esta manera, pueden advertir a las personas contra el peligro que les amenaza. Lo hacen con su influencia sobre el hombre y a través de su entorno, con la ayuda de las inspiraciones y la oración. Santo Ángeles, iluminen el camino de nuestra fe. Amén.