Memorial en Honor de los Náufragos En el Mar Caribe Puertorriqueño

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Mons. Jesús Castro Marte

Obispo de Nuestra Señora de La Altagracia

República Dominicana

Nuestras mentes y nuestros corazones, se dirigen a las familias, comunidades y naciones de tantos hombres y mujeres, que buscando una mejor vida, pusieron en riesgo la propia, esa vida adolorida y labrada de penas y dolores, que desafiaron el calor y la bravura del tempestuoso e impredecible Mar Caribe.

En cada náufrago, hombre o mujer, se ha ido una esperanza. Se ha apagado una estrella, pero en la fe cristiana sabemos también que se ha plantado una semilla. Esta al germinar hará brotar un río de agua nueva que reclama lavar nuestra humanidad tantas llagas. Una corriente de mar que grita en su oleaje justicia y dignidad para los desterrados de la tierra, los descartados de sus patrias que sueñan la vida en la hamaca del vaivén de otras tierras.

Esa semilla se vuelve hoy una humilde oración por los fallecidos en las aguas de nuestro Mar Caribe, buscando llegar al preámbulo de una “tierra prometida”. 

Señor Jesús, tú también naciste en un lugar no previsto, huiste a otras tierras para mejor vida, a Egipto, para sortear la impetuosa furia de Herodes, y temeroso del entramado de muerte que dejó bajaste a Nazareth. Sabemos que tantas veces con dominicanos y haitianos haz hecho esta travesía y te haces presente en tantos náufragos que demandan respeto a su dignidad, y el chance de una nueva oportunidad de seguir arriesgando para seguir viviendo los riesgos de la vida grande.

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