“Al viento los ombligos

Volaban cuatro amigos

Picados de viruela

Y huérfanos de escuela

Robando uva y maíz

Chupando caña y regaliz

Creo que  entonces yo era feliz.”

(Mi niñez- J. M. Serrat)

Guardo recuerdos tan gratos 

de lo que fue la niñez

lo vivido aquella vez

en esos felices ratos

correteando sin zapatos

con amigos entrañables

cómplices inseparables 

en juegos y travesuras 

infantiles aventuras

anécdotas imborrables.

La escuela era ineludible: 

el cotidiano ajetreo

y un oasis el recreo

pero, fugaz (¡que terrible!)

cuando el timbrazo infalible

final del ocio marcaba

y el aula nos reclamaba 

en su docente ritual

aunque después, muy puntual

sonoro nos liberaba.

Y ¡a volar las golondrinas!

que remontan el brisero

esperando el aguacero 

jugando a la peregrina

bajo el farol de la esquina

en el asfalto por suelo

y otras veces al pañuelo

¡feliz el muchacherío!

 bajábamos al río

para tirar el anzuelo.

Aquel mundo tan pequeño

que vivíamos a diario

sin importar calendario 

preocupaciones ni empeño

en ese tiempo risueño

de chichiguas y pelotas

lápices y mascotas

lo llevo con alegría 

sin saber que escribiría 

(para evocarlo) estas notas.-

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