Escuela de Guaraguao lleva nombre de Pablita Polanco Rodríguez, Doña Ramona 

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Mons. Valentín Reynoso (Plinio), msc

Villa Riva.- El 27 de septiembre del 2022, vivimos un gran y significativo aconte­cimiento en el Distrito Muni­cipal Cristo Rey, Guaraguao, del Municipio de Villa Riva, Provincia Duarte.

Ese día, el Ministerio de Educación otorgó el nombre de Pablita al Centro Educa­tivo de la comunidad.  

Doña Pablita nació el 24 de enero de año 1940, en el paraje de Payabo, Municipio de Villa Riva, provincia Duarte. Hija de los señores Ramón Polanco Amparo, agricultor y hacendado y la señora Francisca Rodríguez María, ama de casa y agricultora. 

Es la mayor de 18 herma­nos. En su infancia vivió con su madre en Majagual, de Villa Riva, y se dedicaba a ayudarla en las labores agrícolas, recolectando cacao para contribuir en la econo­mía familiar. 

Como era hija de padres divorciados, pasó la adolescencia con su padre en Junco Verde, Villa Riva, hasta que contrajo matrimonio con el señor Higinio Paula Cleto, Negro, a la edad de 18 años, el 19 de julio del año 1958. Procreó nueve hijos, de los que sobreviven siete, dos va­rones y cinco hembras:

Hizo el quinto de prima­ria, cursos de manualidades, cerámica y fabricación de jabón.

Al poco tiempo de contraer matrimonio, ve la precariedad económica del ho­gar, ya que su esposo era echador de día y los ingresos no alcanzaban para el sustento del hogar. Ella desafía el tabú de la época, que no concebía el trabajo de la mujer en otras labores que no fuera del hogar, y emprende la mi­sión de aportar en el sustento de su hogar.

Inicia su primera empresa, en la comunidad de Junco Verde, con un comedor, para asistir a los echadores de día de su comunidad, los cuales al salir de las fincas, se daban cita en la famosa enramada de Doña Ramonita, ubicada a orillas del río Yuna, a re­crearse y a degustar un rico frío, frío, o guayao como se le conocía en esa época, de un buen mondongo, entre otros. 

Ingeniosa al fin, con la ayuda de sus hermanos, compró una máquina de coser y así confeccionaba la ropa de sus hijos y más tarde la de su tienda. 

En el año 1973, se traslada junto a su familia a la comunidad de Guaraguao y rápidamente se da a conocer en la comunidad, por su labor al­truista. Comenzó con un pe­queño colmado que luego se transforma en tienda, con el nombre de Tienda y Fantasía Ramonita. 

En los años 90 deja las labores comerciales y se de­dica a su hogar, a la agricultura y a la educación de sus hijos, forjando hombres y mujeres de bien. 

Mujer incansable, de fe audaz. Emprendedora y sembra­dora de esperanza. 

Mujer que, a ejemplo de la Virgen María, emprendió la misión que Dios le encomen­dó: Esposa, madre, vecina, catequista, agricultora y co­merciante.

Su gran sueño fue ser maestra, pero por la preca­riedad de la época y la estre­chez económica de su fami­lia, no logró alcanzar estudios universitarios para reali­zarlo, pero seis de sus hijas se graduaron de maestras, y la menor es religiosa.

Fundó la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús, en la parroquia San Isidro La­brador, de La Peña. San Francisco de Macorís. Y animadora de varios grupos apostólicos.

Perteneció al Club Re­crea­tivo y Cultural Guara­guao, contribuyó al desarro­llo de la comunidad, con la Escuela Doméstica “Divina Providencia”, que funcionaba en Villa Riva, impartiendo cursos de costura, tejido y bordados. 

Asistía a personas pobres y ancianos. Se desplazaba a sus hogares a lavarle la ropa, cocinarle y limpiar sus cosas. Asistía a los enfermos, los llevaba al médico, cubriendo ella los gastos; a las personas vulnerables las ayudaba eco­nómicamente y a nivel de fe. 

Viendo que todas sus co­munidades estaban sembra­das de arroz, se propuso sembrar por doquier el amor y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, único remedio eficaz para sanar los males de nuestra sociedad. 

Habiendo meditado las palabras de Jesús: Padre, este es mi último deseo: Que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy…” Ella, con una sonrisa que iluminaba todo su rostro, irradiaba alegría a quienes estaban a su lado. Transmitía paz y amor.

Doña Ramona contempla la gloria del Sagrado Corazón de Jesús desde el lunes 28 de septiembre del año 2000, y desde allí está unida a 

Once frases en lenguaje sencillo resumen su legado:

– “Hijos míos: prepárense, esa es la mejor herencia que les voy a dejar, el dinero se acaba y deja pleito en la familia, pero la educación no se acaba, de eso vivirán”.

– “Mis hijas, estudien, para que en el mañana no tengan que alquilarse o vender su cuerpo”.

– “Mis hijas, no pretendan bacinilla de oro para escupir sangre”. 

–  “Si de un pobre se enamoran, pero honrado, lo que vale es el amor, no las cosas”. 

– “Prefieran comerse un plátano vacío, pero con amor y no un manjar con dolor”.

–  “No todas las modas son para ustedes”.

– “Mis hijas, con cara bonita no se va al mercado”, “Mi hijo, no deje camino real por vereda”.

– “Mis hijos, tengan presente, que lo que ustedes siembran, eso van a cosechar”.

– “Si siembran plátano, no van a cosechar yuca, si siembran amor, eso van a cosechar”.

–   “No vivan con odio, el que vive con odio no es feliz”.

– “Sepan con quien andan, una mala res daña un ganado”.

Doña Ramona, contempla la gloria del Sagrado Corazón de Jesús, desde el lunes 18 de septiembre del año 2000 y desde allí está unida a todos nosotros. 

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