Otros afanes en Baní

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Hemos continuado la preservación del entorno del Monasterio de Carmelitas Descalzas y de la Casa Dio­cesana N. S. de Regla y la ampliación de esta última. Para ello he adquirido, des­de mi llegada en septiembre del 1998, ciento ochenta y cuatro (184) tareas, compra­das por metro cuadrado a la sucesión Franjul, y estoy a la espera de respuesta a una solicitud de ayuda hecha por mí, para la compra de las 65.5 tareas restantes.

La Casa Diocesana, ad­ministrada por el Camino Neocatecumenal, es ya un lugar de encuentro no solo de la Diócesis de Baní, sino del Sur. Pienso que en el futuro puede llegar a tener una estructura física pare­cida al “Monte de Oración”, de San Víctor, Moca.

En todos estos años he tratado de estimular y apoyar toda iniciativa que procure el crecimiento o el fortalecimiento de los valores en esta región. Por eso he asistido a innumerables actos de tipo cultural, o de desarrollo económico-social. Con ese mismo motivo he sostenido conversaciones con personas inquie­tas o comprometidas en esta área. Incluso con la puesta en circulación de mis libros, a veces sucesivamente en las tres provincias, he tratado de enviar un humilde mensaje especialmente a la juventud; en varios de esos eventos se ha elegido un grupo de estudiantes de cada centro educativo para que yo personalmente le hi­ciera entrega de un ejemplar de la obra puesta en circulación.

A veces algunas perso­nas han adquirido una cantidad de esos libros para distribuirlos entre la población. Muchas otras han estado siempre prestas para ayudar en la tarea de organización de estos eventos; así lo ha hecho siempre el Sr. José Miguel Germán. Otro tanto han hecho el Arq. Ismael Díaz Melo, José Miguel Ortiz, Marcos Aurelio Gue­rrero, Mercedes Germán, Dña. Violeta Vda. Huerta, la Prof. Zeneida Vda. Quite­rio, la Hna. Antonia Gonzá­lez Soto, las Sras. Arelis Se­rret y Milagros Pimentel, el Lic. Marcial Báez, el Lic. Nelson Medina, las damas Aida Mejía, Josefina Rivas, Raquel Madera de Hasbún, Lovelia Soto, Xiomara Peña Castillo, Bélgica López. Y muchas personas más a quien Dios recompensará.

Fue una gran satisfacción para mí ver cómo las personas e instituciones de Baní, residentes y de la diáspora, colaboraron para la obra de remozamiento de la Catedral (antes de las obras realizadas por el Go­bierno, entregadas el 23 de abril del 2008). Luego vi la necesidad de mejorar el en­torno de la misma, por lo que comencé a buscar dine­ro para comprar la propie­dad del Sr. Olegario Ayuso, que casi tocaba el ábside de la Catedral; entre las mejoras de dicha propiedad se encontraba un edificio de dos niveles, con varios apar­tamentos, que impedía la vista del lado norte del templo.

Pasé alrededor de un año buscando los recursos; to­qué en vano muchas puertas, hasta que, finalmente la Fundación de Desarrollo de Baní, presidida por don Luis Manuel Tejeda Pimen­tel, proporcionó el dinero para la compra: RD$3,750,000.00 (Tres millones, setecientos cincuenta mil pe­sos). Con­tamos siempre con el buen trato del Sr. Ayuso y de Benita Llorente, su espo­sa.

El Síndico, Sr. Nelson Camilo Landestoy, y El Ayuntamiento de Baní se hicieron cargo de la demolición de los inmuebles y de la construcción de la plaza, que se anexó como amplia­ción a la Plaza de los Fun­dadores.

Ha sido motivo de alegría para mí la inauguración del Centro Cultural Perelló (viernes 16 de septiembre del 2011), dedicado por la familia Perelló Abreu a la comunidad banileja. Bendi­je la primera piedra y fui también invitado a bendecir el edificio ya construido.

No tengo más que pala­bras de elogio hacia esta feliz iniciativa. Incluso me siento agradecido de que haya sido acogida alguna humilde sugerencia mía para su marcha.

Es notable el influjo po­sitivo que está causando esta obra. Aunque no se lo hayan propuesto, ha sucedido lo que le dije alguna vez al Sr. Rafael Perelló: el Centro Cultural Perelló estaba llamado a trascender, y de he­cho su influjo ya ha sobre­pasado con creces las fronteras de Baní. Y todos nos felicitamos por ello.

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