La Doctrina Social de la Iglesia promueve un educación que fomenta el amor, la justicia y la paz

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532 Las instituciones edu­cativas católicas pue­den y deben prestar un precioso servicio formativo, aplicándose con especial solicitud en la incultura­ción del mensaje cristiano, es decir, el encuentro fecundo entre el Evan­gelio y los distintos saberes. La doctrina social es un instrumento necesario para una eficaz educación cristiana al amor, la justicia, la paz, así como para madurar la conciencia de los deberes morales y socia­les en el ámbito de las diversas competencias culturales y profesio­nales.

Las «Semanas Sociales» de los católicos representan un importante ejemplo de institución formativa que el Magisterio siempre ha animado. Éstas constituyen un lugar cualificado de expresión y creci­miento de los fieles laicos, capaz de promover, a alto nivel, su contribución específica a la renovación del orden temporal. La iniciativa, expe­rimentada desde hace muchos años en diversos países, es un verdadero taller cultural en el que se comunican y se confrontan reflexiones y experiencias, se estudian los pro­blemas emergentes y se individúan nuevas orientaciones operativas.

 

533 No menos relevante debe ser el compromi­so de emplear la doctrina social en la formación de los presbíteros y de los candidatos al sacerdocio, los cua­les, en el horizonte de su prepa­ración ministerial, deben madurar un conocimiento cualificado de la enseñanza y de la acción pastoral de la Iglesia en el ámbito social y un vivo interés por las cuestiones so­ciales de su tiempo. El documento de la Congregación para la Edu­cación Católica, «Orientaciones para el estudio y la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes»,1132 ofrece indicaciones y disposiciones precisas para una correcta y adecuada organización de los estudios.

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