El doctor Silvani Abreu se marchó a la Casa del Padre

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San José de las Matas.- La escalo­friante y sorpresiva llamada de su compa­ñero de estudio y profesión nos llenó de angustia. Nuestro hijo Salvani había sufrido un accidente automo­vilístico y estaba en Cuidado Intensivo en el Hospital Metropo­litano de Santiago.

Estaba en estado de gravedad en el mis­mo centro de salud, que él como médico residen­te de la especialidad de Medicina Interna, ha­bía dado sus servicios a tantos pacientes. Sólo meses le faltaban para culminar ese posgrado.

La capilla del HOMS fue nuestro refugio para elevar nuestras intensas y rei­teradas plegarias a nuestro Dios, rogándole por su recupera­ción. Las cadenas de oraciones se multiplicaron y los donantes de sangre aparecían de manera constante.

El personal clínico de dicho centro puso todo su empeño en pos de salvar la vida de su colega de Ju­ramento Hipocrático. Las tensiones y sentidas lágrimas de sus compañe­ros de estudio eran notables.

Pero el desenlace llegó intensificando al máximo aquellas horas de angustia y dolor. A las 12:33 P.M. del día 21 de octubre de 2018, nuestro hijo entregó su alma al Señor, faltándole siete días para culminar sus 28 años.

Salvani Abréu se graduó de médico en la Pontificia Univer­sidad Católica Madre y Maestra, para des­pués realizar su pa­santía en el Distrito Muni­cipal de Las Pla­ce­tas. Después ingreso al Hospital Metro­poli­tano de Santiago y Pontificia Univer­si­dad Católica Madre y Maestra para reali­zar la especialidad de Medicina Interna.

Salvani fue un ser iluminado por Dios. Su luz refulgía y nos irradiaba. Fue un atesorado regalo que el Señor prestó a esta familia y a esta tierra. Con infinito amor lo cuidamos,  instruimos y protegimos para ser el gran hombre que fue. Grandemente orgullosos estamos de él.

Nos dejó un gran legado con su ecuani­midad, pulcritud, paz, humildad y prudencia. Con su actitud, a veces de silencio, nos habla­bas sobremanera y con su forma correcta de proceder, emanó el buen ejemplo.

Gracias a todos los que de manera nume­rosa y solidaria nos apoyaron con su pre­sencia y sus oraciones.

Tus padres Aníbal Abreu y María Pérez – Zoraida, y tu hermana Sorani Abreu

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