Guardemos una sonrisa

para recibir el año

como un amigo de antaño 

que llega a tiempo … sin prisa,

justo a la hora precisa,

pues sigue siendo puntual 

para iniciar el ritual 

de arrancar el calendario 

el que veremos a diario

cual compañero habitual.

Merece también abrazos 

con calor y con pasión, 

alegría e ilusión 

renovando nuestros lazos 

de corazón y sin plazos

entregarnos por entero 

desde el primero de enero

poner manos a la obra

ya que el tiempo nunca sobra 

por ser raudo y pasajero. 

Como fieles compañeros 

estaremos siempre juntos,

en diferentes asuntos,

en los días venideros 

como aliados verdaderos

cual Sancho con el Quijote 

despacio o a pleno trote

persiguiendo nuestros sueños

sin hacernos nunca dueños

del mundo como una dote.

A vivir y a trabajar 

y multiplicar los peces

que tenemos doce meses

para en la vida faenar

sin olvidar disfrutar

y compartir lo obtenido

como Dios ha establecido 

con sudor de nuestra frente

y al año (que es ya corriente) 

digámosle: ¡bienvenido!

3 COMENTARIOS