Llega enero y con él un nuevo año: el 2023 y llegan muchos sueños y esperanza, nuevos proyectos, nuevas ilusiones, nuevas formas y maneras de poder realizar este regalo hermoso que Dios nos ha dado que es nuestra vida. Gracias al Señor por este nuevo año, por esta nueva forma de vivir la vida que nos da, ojalá que la aprovechemos y seamos capaces de dar lo mejor de cada uno de nosotros en el nuevo año que empezamos.

 Este año en clave cristiana está llamado a ser un Kairos: un nuevo tiempo de Dios, nueva forma de enfocar la fe y nuestra espiritualidad, reconocer la presencia del Espíritu que se sabrá esparcir a lo largo de estos doce meses que con enero comienzan. El camino de la fe no se detuvo el 31 de diciembre pasado, se continua desde el día primero de enero, seguimos de la mano con Jesús y el proyecto del reino, la Iglesia no se ha detenido ni se detiene, continúa su tarea de instrumento de salvación en el mundo, seguimos esparciendo la semilla del evangelio, hay mucho por hacer en la Iglesia dominicana para continuar con nuestro plan de evangelización, que tiene como norte este año la vivencia del valor de la honestidad, ¡Que grande es el Señor!, pues nos regala 365 días para que hagamos vida en nosotros este valor tan importante y necesario en nuestra sociedad dominicana y en el mundo de hoy.

Es posible que nos hayan quedado pendientes algunas tareas del 2021 pasado, tareas importantes en el orden humano y también de la fe, pues ahora, dentro de la novedad del nuevo año, vamos a asumirlas de nuevo, con más vigor, ánimo y fe, pues si no nos dio el tiempo ahora tenemos bastante, así que no hay peros para deshacer el trecho andado, sino para continuarlo aunando lo nuevo que se nos presenta.

Sabemos que estamos viviendo momentos difíciles en nuestro país y en el mundo, desde la caída del muro de Berlín en 1989, pensábamos  que otra cosa sería del mundo al imponerse el deseo de una política democrática en el, igual pensamos que las relaciones sociales y familiares se fortalecerían tras la pandemia, pero lamentablemente siguen dándose la anarquía y la guerra en muchas partes del mundo, y la debacle familiar continúa en muchos ambientes, pero esto no nos debe llevar a la desazón y a la pérdida del ánimo que debemos hacer ver y sentir al comienzo de un año nuevo, hay que ver todo esto como los grandes retos y problemas a trabajar y a buscarles soluciones en este 2023; el Papa Francisco desde hace un tiempo a invitado a la Iglesia a un proceso de sinodalidad, de caminar juntos, pues la meta es la misma y es de todos, esa sinodalidad no solo debe darse en la Iglesia, sino en todos los rincones de nuestra tierra, hay que hacer de este año un caminar juntos hacia esas metas comunes de la humanidad: justicia y paz, cobijados bajo la sombra del amor; no hay que tener miedo, sino la resolución de hacer en el nuevo año grandes esfuerzo por este caminar en justicia y paz, con honestidad y en amor, el momento presente lo requiere y la nueva oportunidad temporal nos da el espacio para hacerlo. Hagamos del 2023, como siempre digo, el mejor año de nuestras vidas, haciendo visibles las maravillosas oportunidades que por la mediación de Dios el nos posibilita…FELIZ AÑO NUEVO…QUE TENGAMOS UN VENTUROSO 2023.

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