-Autora: Sandra Margarita Fernández Martínez.

I

En Jarabacoa el canto

se enciende con la alborada,

la brisa, tan perfumada,

le cose al verso su manto.

De la montaña el encanto

renueva la poesía,

pone al alma en sintonía

con la neblina reposa,

como abeja en una rosa

bebiendo melancolía.

II

Aquí venimos cada año

poetas y corazones,

con risas, con emociones,

sin tristeza, y menos engaño.

El verso cura el escaño

del alma que estuvo herida,

y al compartir la bebida

de amistad y sentimiento,

renace en cada momento

una esperanza en la vida.

III

Por los senderos se crece

la palabra, entre miradas,

de flores entrelazadas

que el viento agradece y mece.

El corazón se engrandece,

y al calor de la tertulia,

la voz que al verso pendulia,

hace del aire un altar,

donde el amor va a sembrar

la luz que el alma acumula.

IV

Cada encuentro es un abrazo,

una chispa, una memoria,

que suma al cielo su gloria

y al tiempo roba su lazo.

Jarabacoa es regazo,

ella es promesa y es bandera,

donde la musa sincera

baja en forma de rocío,

y el verso aquí se hace estío

en la voz de quien la espera.

V

Oh montaña bendecida,

tierra de fe y poesía,

tu nombre cada alegría

lleva al alma renacida.

Mientras dure nuestra vida,

seguiremos regresando,

a tu pecho, celebrando

milagro de reencuentro,

donde el amor es el centro

y el verso sigue cantando.